Los premios Hugo, dedicados a lo mejor de la producción del teatro musical argentino, se transformaron en un lugar de encuentro artístico en la noche del lunes.
La gala conducida por Laura Fernández y Diego Reinhold tuvo un claro vencedor: “Kinky Boots”, versión argentina del musical de Broadway que protagonizan Martín Bossi y Fernando Dente bajo la dirección de Ricky Pashkus, arrasó en la onceava edición al llevarse 14 estatuillas, incluyendo a las más valoradas como son mejores musical, coreografía, actuación protagónica masculina (para Dente) y dirección musical. La distinción a la dirección general recayó en Alfredo Arias por “Happyland” (obtuvo otros cuatro galardones). “Teresita, una vida de mierda”, que transita por el Off Corrientes porteño, se alzó con cinco premios.
“Hemos pasado una etapa inimaginable que todavía no está del todo superada. Hemos sido la industria más dañada. Nos costó horrores y nos sigue costando, pero lo estamos superando y estamos cada día mejor”, declaró Pashkus. En el teatro Astra hubo espacio para los homenajes especiales a María Elena Walsh y a Hugo Midón (este premio lo evoca) por el décimo aniversario de sus muertes, y a Claudia Lapacó y a Manuel González Gil por sus trayectorias.
Fue Lucía Galán quien sintetizó como nadie lo que se vivía, al recibir su premio como mejor actriz protagónica por “Hello Dolly”. Su “increíble estar de nuevo arriba de un escenario” puso en palabras las emociones presentes y el aplauso que recibió, aparte de merecido, llevaba el reconocimiento de haber sido la vocera de todos. El teatro volvió a decir presente.