Es imposible resumir una década de ensayos y funciones en 45 minutos. Menos aún se podrá traducir en la pantalla las emociones, las risas, los llantos, la energía y el disfrute de estar sobre el escenario que atravesó cada integrante del Grupo de Teatro de niños y jóvenes del Ente Cultural de Tucumán desde que en 2011 comenzó a transitar su camino.
“Más diez!” es un trabajo audiovisual que recopila ese trayecto, jalonado con 14 obras puestas en escena por el elenco, con imágenes de cada una y también entrevistas a exintegrantes; padres y madres y funcionarios que hicieron posible la concreción de esta idea, bajo la conducción de Lilian Mirkin. El video será presentado a las 20.30, en la sala Hynes O’Connor (San Martín 251).
“Hay un segmento destinado a homenajear a Alicia López Vera, quien acompañó el proyecto con la mirada de la experiencia y el amo; y otro a la actuación de los actuales integrantes con algunas escenas de las obras estrenadas hasta ahora, con una dinámica cinematográfica”, señala Mirkin, que menciona a Mariana Klyver y a José Álvarez en cámara y edición y a Fernando Flores Blasco en la música original.
“La pandemia hizo replantearnos la forma de festejar este aniversario en otro escenario como es el de la pantalla, pero la teatralidad no está escondida sino presente en cada relato; en la actuación de cada actor y en el espíritu de cada uno que formamos parte de este gran equipo. Amamos el teatro en todas sus formas y lo importante es que el mensaje que creamos siempre toque el corazón del espectador”, resaltó en diálogo con LA GACETA.
- ¿Hay algún antecedente en el país de un cuerpo como este?
- No lo conozco, debe haberlo y me encantaría que se replique en todos lados, en cada municipio y en cada provincia, porque es darle a los chicos y a los jóvenes un espacio de exploración, una puerta abierta para poder mirar el mundo desde una óptica artística. Sería fabuloso.
- ¿Qué cambió en estos años?
- Creció muchísimo, fue tomando una solvencia como proyecto y una tranquilidad como propuesta que era lo que necesitaba. Logramos instalarlo, mostramos que era importante tener este grupo. Al principio queríamos hacer superproducciones para demostrar el brillo, la pompa y el ruido, y luego se fue asentando a partir del esfuerzo realizado al inicio. Ya tiene un lugar dentro del Ente y es respetado a partir del trabajo que se hizo. Pasaron muchos chicos y chicas que se llevaron el aplauso del público.
- ¿La pandemia fue un parate?
- No, tuvimos clases virtuales por Meet (con menos alumnos) e hicimos el año pasado “Alicia en el país de su casa”, grabado cada uno desde su hogar durante el aislamiento. Fue muy difícil encontrar la teatralidad, pero se concretó.
- ¿Cómo desarrollan el trabajo?
- Lo hacemos desde asumir la posición de entender que el teatro no está ceñido ni acotado a lo actoral, sino a algo mucho más amplio de la actividad artística, con lo poético y musical, con la danza y el ritmo, la gestualidad y la relación con el otro, con una posición más clownesca y absurda sobre las cosas. Procuramos abrir las cabezas y trabajar sobre la integridad, lo cual requiere tiempo y no es de un momento al otro.
- ¿Qué les da el teatro a los chicos?
- La posibilidad de conocer a sus pares, armar un pacto grupal para llegar al espectador todos juntos, un espacio de juego serio, con sus reglas, y de respeto a todos. Y entender que el artista no puede tener prejuicios, que debe trabajar con una mirada amplia para encarar un personaje o una obra. Así podrá asimilar lo que la obra le está diciendo. Es un espacio en el cual se ejercita la libertad creativa; además, no hay creación posible sin esa libertad.