Llega diciembre y los balances son inevitables. Quedan en el camino proyectos truncos, ideas que no llegaron a concretarse y se generan muchos buenos deseos de cara al año que sigue.
El balance en cuestiones de derechos género, léase, una serie de leyes y cambios que busquen igualar los derechos de las mujeres para su realización como ciudadanas plenas, que contribuyan a reducir y eliminar las brechas de desigualdad existente entre ellas y los varones, se analiza también a final del año.
Una de las deudas pendientes es, sin lugar a dudas, la Ley por un Sistema Integral de Cuidados con Perspectiva de Género. ¿Qué sucedió? El proyecto de Ley era un compromiso del Ejecutivo nacional y debía enviarse al Congreso a mediados de año. Por eso, desde principios de 2021 se trabajó intensamente en comisiones, consultando a especialistas, analizando y reflexionando junto a muchos sectores involucrados. Según la economista Candelaria Botto, consultada por LA GACETA, este proyecto no llegó a presentarse debido a las negociaciones con el FMI que buscan reducir el déficit, por lo que no era momento de tratarlo en la Cámara Baja.
El orden jurídico existente en nuestro país no considera a los aspectos de cuidado como una problemática integral teniendo, por ejemplo, licencias reducidas de maternidad y paternidad. De esta manera ordenan el recurso del tiempo desde una manera limitada para la mujer y reforzando el estereotipo que le cabe a ella sobre la responsabilidad de las tareas de cuidado. El artículo 177 de la Ley de Contrato de Trabajo (20.744) establece 90 días de licencia de maternidad, mientras que su artículo 158 le otorga al padre únicamente dos días, incumpliendo el mínimo requerido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 98 días de licencia por maternidad. El régimen argentino deja un vacío enorme para la regulación de adopciones, cuidados durante otras etapas de la vida y distintas composiciones familiares por fuera de las parejas heterosexuales.
La Ley por un Sistema Integral de Cuidados con Perspectiva de Género es la gran materia pendiente del año que va cerrando. El Estado debe trabajar este tema de manera integral garantizando el derecho al cuidado desde un enfoque de derechos, entendido como un derecho universal fundamental, independientemente del género de quien cuida.
La falta de leyes para apelar en búsqueda de igualad, contribuye a que la mayor carga de las tareas siga siendo absorbida por las mujeres dentro del ámbito familiar.
En 2015 Uruguay puso el tema sobre la mesa creando un Sistema Nacional Integrado de Cuidados (Ley 19.353) que buscó integrar y regular de manera progresiva la totalidad de servicios públicos y privados para todas las infancias, personas adultas mayores y personas con discapacidad que requieran asistencia. Allí se fomenta un modelo solidario y corresponsable entre las familias, el Estado, la comunidad y los mercados. El proceso que vivió el país vecino buscó focalizar las acciones iniciales en beneficio de las infancias y personas en situación de dependencia severa para poder alcanzar a largo plazo la universalización de este derecho, sin perder de vista las perspectivas del derecho, de género, generacional y étnicorracial, explicaron las especialistas en economía feminista, de Ecofeminita.
Servicios financiados con fondos públicos para el cuidado de niños de 0 a 3 años que estaban excluidos del sistema estatal; casas Comunitarias de Cuidado donde los niños desde los 45 días hasta los dos años están a cargo de cuidadores en su casa o en un espacio comunitario habilitado para tal fin; centros “Siempre”, donde en acuerdo con sindicatos y empresas se brinda atención a niños de entre 0 y 12 años durante la jornada laboral de sus padres; programas de Asistentes Personales disponible para mayores de 80 o menores de 30 años con dependencia severa que facilita el acceso a la atención de sus necesidades diarias; son algunos de los ejemplos implementados en Uruguay. Un dato no menor: desde el Estado se busca capacitar y profesionalizar las tareas de cuidado a través de la capacitación de quienes cuidan.
En la Argentina los ojos se están abriendo al respecto de este tema pero todavía falta proyectar y ejecutar lo necesaria para que los cuidados sean cultural y socialmente responsabilidad de todos y dejen de estar en una lista de deseos.