“Comenzaron las clases y nosotros arrancamos el año con la expectativa de poder llevar adelante una actividad con normalidad, pero por ahora no es así”, señaló el representante de los transportes escolares de la capital, Guillermo Totongi.
La directora se demoró y no hubo protocolos en la escuela más grande de Concepción“La verdad es que no fue un buen comienzo, para ser honestos. Tenemos los mismos números de pasajeros que con los que terminamos el año pasado, y eran bajos.”, indicó el vocero. Luego detalló que: “más que la situación epidemiológica, creo que esto tiene que ver con la situación económica de la gente. Los padres afrontaron un gran gasto ahora entre el pago de la matrícula, la cuota del colegio, los uniformes, los útiles escolares. Se vuelve mucho el costo y así es como las inscripciones en los transportes para marzo fueron bajas. Esperemos que para abril comiencen a repuntar”.
Vuelta a clases: en Yerba Buena hubo alegría tanto de padres como de chicosTotongi subrayó el perjuicio que sufrieron en 2019 y aseguró que a sus compañeros del rubro les salió caro. “Venimos de un 2020 con cero actividad y con un 2021 con muy poca. Ni el gobierno provincial ni la municipalidad nos dieron una mano para poder sobrellevar la situación”, enfatizó.
El desafío de volver a la rutina escolarEn ese sentido, indicó que no fueron tenidos en cuenta para ciertas actividades para las cuales los municipios sí convocaron a otros transportistas. “Lo de los transportes alternativos cuando había paro de colectivo fue una cortina de humo. No ayudó en nada. ¿Habrán sido dos o tres días? ¡Máximo! Lo hicieron para presionar a los empresarios de las líneas de ómnibus”, razonó.
El retorno a clases, entre el entusiasmo y el protocoloFinalmente Totongi indicó que la realidad muestra tristeza para su sector. “Estamos muy deprimidos realmente. Los números de inscriptos son bajos y además de las 120 unidades que trabajan en la capital hasta 2019, este año sólo se desempeñan 39. Todos los demás compañeros terminando dedicando su vehículo a otra actividad o bien debieron venderlo. Fue mucho el tiempo que nos pararon”, fundamentó. Y concluyó señalando que el protocolo de seguridad que aplican es idéntico al que se implementaba el año pasado: barbijos, alcohol y ventanillas abiertas.