Un hombre está solo en una habitación. Su única compañía es un teléfono, que le permite comunicarse con el exterior y así ir deduciendo qué hace allí y qué le pasó, en una conexión fantástica que une dos existencias.
Para saber más, esta noche a las 20 habrá que ir a ver “Celular”, la obra de Pablo Arbarello con la actuación y dirección de Sebastihan de León. No será una función más: enmarcará la inauguración de la flamante sala teatral de la Fundación SUMA en San Lorenzo 972, Monteros, impulsada por Mirta Cuarterón. Tras esta obra, se presentarán otras dos: “Monteagudo pasión”, de Rubén Ávila (también interpretada por De León) y “No tan payaso”, con José Barrera. La agenda de teatro continuará mañana con otras propuestas.
La apertura de ese espacio será la consumación de cinco años de trabajo intenso, en una sala que albergará distintas expresiones artísticas, con una capacidad para 50 personas con gradas. El proyecto fue financiado por los fundadores de la ONG, más aportes de publicidad y privados, y está abierta para todos los elencos independientes de la provincia.
“Queremos recuperar la actividad teatral de Monteros, para que se la conozca y se la valore como una importante fuente de trabajo y un territorio donde confluyen los sectores vulnerables y los estratos más altos de la sociedad. Así también, es el lugar donde los pensamientos y las ideas diferentes pueden expresarse, siempre que tengan iguales valores que nos lleven a construir una sociedad pluralista donde la meta en común sea el bienestar equitativo”, destacó Cuarterón.
La dirigente social remarcó que “en los últimos tiempo hemos tenido un mayor acceso a lo que son los proyectos culturales vigentes, elevamos propuestas y pedidos que hasta hoy no se concretan pero si existen buenas proyecciones a futuro”. En ese sentido, la nueva sala no ha recibido aportes del Instituto Nacional de Teatro, aunque las gestiones continúan.
De León puntualizó que la iniciativa apunta a “devolver la identidad cultural a un Monteros que la perdió hace mucho tiempo por las malas decisiones gubernamentales que la dañaron, ya que fueron más pensadas en el lucro que en el avance de la sociedad”. “En el sur, el teatro está renaciendo gracias a un grupo de personas que lucha día a día contra funcionarios que olvidaron y dejaron de lado a un actor cultural tan importante para la sociedad a la hora de transmitir un mensaje con textos einterpretación. Estamos tratando de lograr establecer una actividad que genera trabajo genuino, como cualquier otro, para tratar de que el Estado se comprometa a desarrollar e invertir en iniciativas de esta índole sin juzgar por si sus protagonistas son de un partido político o de otro, sino garantizando la independencia y sin censura ni persecución”, agregó.
La muerte
La primera obra elegida tiene a la muerte como eje: “es un misterio y el hombre busca romper esa barrera para saber si hay algo después del final de la vida o mientras ello sucede”, explica el actor.
“Es una proyección que permite ahondar sobre el tema o dejar que la gente se sienta identificada, aunque parezca morboso. En esta obra el personaje refleja lo que la mayoría de las personas piensan o se imaginan después de la muerte. ¿Qué misterio esconde el más alla? Las cosas pendientes, aquellas que aún no hicimos, lo que no dijimos, y esa reconciliación innegable sea con otro o nosotros mismos que espera. Arbarello describe de una manera muy particular esa fina línea entre la vida y la muerte en ese momento exacto, y lleva al espectador a no sentirse solo en esa duda existencial a partir del simbolismo del celular para charlar con ese ser querido sea de un lado o el otro”, agrega.
Los otros dos textos de hoy son de autores tucumanos; Barrera integra la Fundación SUMA.