Es un sacudón, un golpe seco que no se espera, pero que posiblemente termine acarreando consecuencias graves. Puede pasar en una gran avenida o en alguna calle de barrio. El tema es que ese impacto puede costar muy caro: desde una cubierta rota (vulcanizarla sale alrededor de $3.000) hasta dejar el auto en el taller por varios días con todos los problemas que eso genera (en el bolsillo y en la organización de la vida cotidiana). La multiplicación de baches en arterias de todo el Gran San Miguel de Tucumán preocupa e impone a las autoridades la necesidad de resolver el problema cuanto antes.
De acuerdo con datos de la Municipalidad, en las últimas semanas se detectaron alrededor de 3.000 pozos en calles de la capital. Pero esta situación excede los límites de San Miguel de Tucumán y se extiende a otras ciudades que conforman el principal conglomerado urbano de la provincia. El problema es tan amplio como la urbe en sí misma. Por eso nos vamos a concentrar en las avenidas y en las calles principales o en las más transitadas (asumiendo que las arterias barriales, muchas de las cuales ni siquiera tienen pavimento, están, en algunos casos, prácticamente olvidadas).
Una recorrida rápida (y en cierto modo arbitraria) nos puede mostrar el estado de situación. En la capital, la esquina de Crisóstomo Álvarez y Buenos Aires era hasta ayer un desastre. Estamos hablando de una de las intersecciones neurálgicas de la ciudad. Esta semana que pasó, los operarios municipales taparon un bache enorme en San Lorenzo y Jujuy; habrá que ver cuánto tiempo dura el arreglo. Ejemplos como estos se multiplican en el macrocentro, en avenidas y en los vecindarios.
En Yerba Buena, la situación es parecida. Por ejemplo, en las primeras cuadras de la avenida Perón hay cada vez más cantidad de pozos e irregularidades. Atención: es una zona en la que los vehículos circulan a mucha velocidad y, por lo tanto, el peligro es mayor.
El Camino del Perú es, sin dudas, ejemplo de todo lo que está mal. Esta ruta/avenida divide Yerba Buena de la capital y conecta ambas ciudades con Tafí Viejo. Pero no depende de ninguno de estos municipios, sino de Vialidad provincial. Su deterioro es pasmoso. Y los arreglos no llegan o lo hacen en cuentagotas.
Tafí Viejo, Banda del Río Salí, Las Talitas y Alderetes no son ajenos a este problema. Por ejemplo, en Villa Mariano Moreno lo mejor es manejar con muchísimo cuidado si el objetivo es terminar con el auto entero. Lo mismo hay que hacer en el punto en el que la avenida Roca se desvía hacia la Diagonal, en Tafí Viejo. Y el Acceso Norte está cada vez está peor. El tramo que se encuentra entre la avenida Siria y el Arsenal es un peligro: hay pozos, desniveles e irregularidades en un sector que soporta un tránsito muy intenso (depende de Vialidad nacional). Todos los casos enumerados arriba son apenas ejemplos de situaciones que padecen a diario los conductores tucumanos.
En el municipio capitalino aseguran que tapan unos 300 pozos por jornada, pero que los arreglos duran, como mucho, unos 10 días. Apuntan a la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) y sostienen que las pérdidas de agua potable y de líquidos cloacales son los principales causantes del mal estado de las calles. A eso se suma la temporada de lluvias, que siempre suele complicar las cosas.
Creemos importante que las autoridades de los distintos estamentos que tienen injerencia en este problema (municipios, SAT, Vialidad, etc) prioricen el bienestar ciudadano y coordinen acciones para terminar con el calvario de los baches crónicos.