Cuando empezó la pandemia, empezamos a editar libros digitales para poder sostener la revista y necesitábamos recaudar plata para poder pagarles a los columnistas. Todos creímos que se acababa el libro de papel, entonces el digital funcionó muy bien. Empezamos con la edición de El Puente, una compilación de 25 autores tucumanos que hizo Fabián Soberón. Era una forma muy económica porque una vez que vos liberás un libro, se puede replicar miles de veces, no es como el papel que es un solo objeto. El año pasado, a través de un acuerdo con la Secretaría de Relaciones Internacionales que utilizan ese libro como regalo protocolar, ellos nos imprimieron unos ejemplares como una forma de devolución y ahí pudimos arrancar con la edición, cada libro va pagando el siguiente. Después seguimos con Eduardo Perrone y llevamos ya ocho títulos. Nosotros nos hacemos cargo de toda la producción y el 10% de la venta del precio de tapa más el 5% del libro físico es para el autor o sea que queda un 15% para el autor. La venta de libros digitales nos permitió financiar la revista y al año siguiente, luego, ya con El Puente y la trilogía de novelas de Perrone, pudimos solventar la revista y este año, ya es autosuficiente, entonces la editorial va por su propio camino. La idea es profesionalizar la actividad, los escritores siempre hemos trabajado gratis. También hemos publicado “Cristales en la yunga”, poesía de Facundo Íñiguez, “Microteca” (microrrelatos), “Enjambres de literatura”, de Diego Puig; “Ubi sunt”, de María Belén Aguirre, ahora llega “Sedimentos” un libro de ensayos de Hernán Carbonel. Este año queremos llegar a 10 libros y vamos haciendo cinco. Uno regala su trabajo, si no tuviera un laburo no podría hacer esto, apuesto que en un futuro esta actividad sea redituable.
Profesionalizar la actividad
Por Pablo Donzelli - La Papa.