En la primera etapa, la venta cayó estrepitosamente, porque las librerías estaban cerradas. Cuando se habilitó la venta on line y los servicios de mensajería, las librerías comenzaron a trabajar nuevamente y las editoriales a abastecerlas. En abril, ya estábamos reorganizados trabajando casi todos desde casa y algunos pocos volvimos a las oficinas para resolver las cuestiones administrativas, logísticas. Sí, claro, apelamos a nuevas estrategias. En nuestro caso, reforzamos la generación de contenidos que compartimos gratuitamente a través de nuestra web y del Instagram. Organizamos charlas virtuales con autores, entrevistas semanales, animación de cuentos para chicos los sábados y muchas actividades recreativas relacionadas con nuestros libros. Queríamos estar presentes en cada uno de los hogares de nuestros lectores. Llevar nuestra ayuda, nuestra escucha, nuestros contenidos para que la gente se sintiera menos sola, más contenida. Para armar un nuevo lazo. En absoluto los libros digitales son una competencia. Mucha gente tiene la fantasía de que el libro digital es un boom o que compite con el físico, pero la realidad es que lo que se da es la lectura híbrida. El que lee mucho, lee papel, y digital, cuando viaja y no quiere cargar peso o cuando el libro que busca no se consigue en su país. La venta de libros digitales es marginal dentro del negocio. Y cuando hablo de libros digitales me refiero a e-books. Nosotros vendemos muy bien libros infantiles, de superación personal, ficción, biografías, ensayos e historia. ¿Títulos o autores? Se dan los dos fenómenos. Todo depende de los gustos y los deseos del lector. Algo que cambió durante la pandemia es que la manera de comprar. Antes, de cada 10 personas que llegaban a una librería, nueve iban a sorprenderse, a buscar una recomendación y uno solo sabía lo que quería. La virtualidad hizo que ahora se invirtiera: nueve saben perfectamente lo que quieren porque leyeron una reseña en un grupo de lectura y uno solo va a la librería a buscar la recomendación del librero.
Cambió la manera de comprar
Por Ana Ghio - Editorial El Ateneo.