En tiempos de crisis profunda como la que viene atravesando nuestro país, hay también algunas noticias alentadoras que generan una expectativa a los trabajadores de la cultura, en especial a los escritores. Hace unos días, el Ministerio de Educación anunció su deseo de promover el estudio y la difusión de los autores tucumanos y anticipó la firma de un convenio con el Ente Cultural, que iba a poner a su disposición las publicaciones del Fondo Editorial Aconquija. Esta iniciativa forma parte del relanzamiento de la enseñanza de la historia y la cultura de Tucumán, que había quedado pendiente por la pandemia.
El ministro dijo que el hecho de que los libros lleguen a las escuelas iba a ser acompañado de la formación docente, referida a “cómo trabajarlos, desde la comprensión de texto a todas las cosas que la obra literaria tiene. Va a ser un esquema mixto en el que habrá expertos en comprensión de texto, en alfabetización en los distintos usos que los libros van a tener, en el desarrollo de la capacidad creativa y, por otro lado, vamos a incluir a los autores y autoras para que dialoguen con los alumnos en distintas ocasiones”. El funcionario agregó que trabajarían conjuntamente con la dirección correspondiente del Ente, con autores emergentes y con otros ya consagrados.
El responsable del Ente Cultural afirmó que el escritor tendrá la posibilidad de venderle sus libros al Ministerio de Educación para que forme parte de la lectura en las aulas. “Nosotros cerramos un círculo que nace con el escritor, su obra que se publica y este termina vendiéndola. De esa forma, facilitamos la venta, todos los libros que el Ente les entrega a los autores se vendan y con su venta ya pueden seguir publicando solos. Lo importante es que los alumnos sepan de la existencia de tal o cual escritor”. Una investigadora del Conicet, que se dedica al estudio de la literatura de Tucumán, manifestó que la iniciativa le parece positiva y debería ir acompañada de asesoramiento y de una buena selección de los textos.
En octubre de 2019, el ministro de Educación había anunciado que durante el ciclo lectivo de 2020 sería obligatorio el estudio de la historia y de la cultura de Tucumán en todas las escuelas y en la totalidad de los niveles educativos, pero por la pandemia que obligó además a la virtualidad, no se concretó.
Sería interesante si la cartera educativa les comprara también libros de autores tucumanos a las editoriales tucumanas independientes, como Ediciones del Parque, Gerania, Minibús, Monoambiente, Inflorescencia, La aguja de Buffon, Escribe, Falta Envido, La Papa, también a la Editorial de la UNT o a la Facultad de Filosofía y Letras, que han venido publicando libros de creadores tucumanos de épocas anteriores, cuyas ediciones estaban agotadas.
Como bien señala la investigadora del Conicet, debería realizarse una selección para que los “históricos” no queden afuera. Por otro lado, podría encararse la reedición de obras de Juan José Hernández, Guillermo Orce Remis o Julio Ardiles Gray, por ejemplo, cuyas producciones son casi desconocidas en la actualidad.
La cultura está íntimamente ligada con la historia y la educación, que son las que van construyendo la identidad de un pueblo a lo largo del tiempo. En la medida que las nuevas generaciones conozcan de dónde venimos, tendrán un mayor sentido de pertenencia y posiblemente tendremos una provincia más digna de ser vivida.