Jornada extendida en Tucumán: positiva en la educación pero complicada en la organización

En la provincia comenzó a implementarse la extensión horaria en 312 escuelas, a las que luego se sumarán 318 más, por lo que alcanzaría a cerca de 1.500 niños. La disposición que consiste en agregar una hora más de clase todos los días en el nivel primario, generó diferentes opiniones al respecto, aunque una cosa es segura: quienes se vean alcanzados por la medida deben reorganizar su día a día para cumplir los tiempos que imponen los nuevos horarios.

Entre los docentes el primer reclamo es por los tiempos. No pueden -dicen- ir de una escuela a otra, de un trabajo a otro.

“No es que estoy en desacuerdo con el cambio, pero tiene que ser paulatino y se debe respetar lo que el docente ya tiene programado para este año. Entre cumplir con un trabajo y con otro tuve que reorganizarme”, dijo Rita Véliz, maestra de sexto grado en la escuela Nueva Crucero Belgrano.

En esa escuela las clases solían ser desde las 14 hasta las 18 y a partir de ahora son desde las 13.50 hasta las 18.50. Con esta modificación Rita debe pensar bien sus tiempos para trasladarse hasta su otro trabajo en un colegio de Yerba Buena donde debe estar a las 18.30, por lo que se vio obligada a pedir que la esperen hasta las 19.15.

Además, considera que no existe correlación entre cantidad de horas y calidad de educación: “pasa por la calidad del docente y el profesionalismo”.

Patricia Gómez, maestra de tercer grado, también sostuvo que se generó un problema a partir de la implementación del nuevo sistema, que perjudica especialmente a quienes son del interior. “Estoy viviendo en Villa Carmela y es todo un tema la organización de horarios. Sí tenemos un grupo importante que viene desde Famaillá, Simoca o del campo y se les va a complicar”, explicó.

ENTRADA. En el ingreso a la escuela, la maestra de tercer grado controló la temperatura de los alumnos mientras los recibía con alegría.

Pese a ello, sí cree la hora extra de cada día pueda ayudar a profundizar el conocimiento de los niños. “Hay una etapa que se ha perdido con la pandemia. Esto significa reforzar una etapa de aprendizaje en que a algunos chicos les faltó afianzar contenidos en la etapa de pandemia. Y Matemática y Lengua son áreas que se siempre es necesario reforzar”, sostuvo la docente.

La directora de la institución, Claudia María Álvarez, recibió el reinicio de clases con esperanza. “Tenemos el honor de estar dentro del grupo de escuelas que participan del proyecto de ampliación horaria”, dijo. Y agregó: “deseamos lo mejor para los niños, va a ser positivo para ellos porque en 2020 sufrimos la falta de clases presenciales y esto sirve para recuperar los contenidos”.

En cuanto a las quejas de padres y docentes, señaló que se trata de “resistencia al cambio”, pero que con el correr de las semanas todos se irán adaptando a la nueva modalidad.

EN CLASE. Dos niños se sientan en primera fila durante el primer día de clases, en el que ya empezaron con las clases de Matemáticas.

En la escuela también estuvo Carlos Zelaya, de la Secretaría de Fortalecimiento de la Gestión Escolar, para acompañar a la institución y verificar su funcionamiento. “Tengo mucha expectativa porque los beneficiarios directos van a ser los chicos”, indicó. Aunque resaltó la importancia de consultar a los propios niños qué les pareció la aplicación del sistema, para conocer la opinión de los actores principales de esta nueva política.

En cuanto a los padres, la mayoría apuntó a una misma idea: la extensión horaria podría ser útil para los niños, pero la implementación complicó la organización familiar. Ese es el caso de Cintia Bazán, madre de tres chicos, que cuando se acerca el mediodía ya empieza a estresarse por las idas y vueltas de sus hijos en las escuelas: “uno viene a la mañana aquí, otro a la tarde, y el tercero va a la Escuela Técnica 2. El más grande llega a las 13.30 y tengo que dejarle la comida preparada para cuando llegue, mientras salgo con el más chiquito. Este nuevo horario me termina complicando todo”.

PRIMERAS EN LLEGAR. Cuando apenas había sólo una maestra presente, las tres niñas llegaron a la escuela con apuro por retomar las clases.

Para quien también es perjudicial esta situación es Sol Ibarra, mamá de niñas de seis y cuatro años. A ella no la complicó la organización familiar, las maestras le avisaron del cambio antes de las vacaciones y planificó sus horarios en esas dos semanas. En su caso el problema es otro: el bullying. “La más grande casi no quiere asistir porque sufre bullying y es una pelea constante traerla a la escuela. Entonces le genera un problema quedarse todavía más horas”, contó.

A Soledad Salvatierra, en cambio, no le generó problemas para asistir, pero tampoco se ilusiona con que el aprendizaje de los niños sea superior por la hora extra.

Guillermo Totongi, presidente de la Asociación de Prestatarios de Transportes Escolares, indicó que no hubo problemas en el primer día de la implementación, en parte porque en la capital aún se aplicó en pocas escuelas la medida. “Queremos ver bien cómo se implementa porque si la extensión horaria se hace a la salida del primario, si en lugar de salir a las 12 lo hacen a las 13, y en lugar de entrar a las 14, lo hacen las 13, nos acorta el tiempo para hacer los recorridos y seguramente se nos va a quitar un recorrido porque no lo vamos a poder cumplir”, explicó.