Por jóvenes que sean, cualquiera de los y las tenistas que compiten en el Sudamericano Sub-16 sabe quién es Roger Federer. De hecho, el suizo seguramente sea la máxima inspiración para muchos de ellos. Algo menos nítida, pero ampliamente reconocible, resulta para ellos la figura de Andre Agassi: aunque retirado hace 15 años, el “Kid de Las Vegas” marcó una época con su estilo único. El nombre de Franco Squillari, en cambio, no le dice nada a la gran mayoría, y sin embargo, se trata de alguien que venció a Federer las dos veces que lo enfrentó y que fue definido como “una bestia del polvo de ladrillo” por el mismísimo Agassi en su aclamada autobiografía “Open”.
Con el paso de los años, y habiéndose convertido Federer en el mejor jugador de la historia, esas dos victorias terminaron creciendo mucho. “La primera vez él estaba 19, pero en la segunda él ya era cuatro del mundo y venía con muy buen nivel. La verdad que está buenísimo poder contarlo”, admite el ex número 11 del mundo, uno de los poquísimos de la historia que puede jactarse de tener récord positivo contra “Su Majestad”.
Hoy desde su rol de Director de Desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis, Squillari camina entre las canchas del Lawn Tennis con una expresión de satisfacción. “Estoy contento de que este torneo se haga en Tucumán, una plaza histórica donde se genera muy buen tenis. Además, nos da la posibilidad de tener casi dos locales: junto al tucumano (Máximo) Zeitune está Lucca Guercio, que es de Santiago del Estero. Ambos pueden tener a su familia apoyándolos. Además, está Mercedes Paz en la organización, y eso siempre es garantía de que habrá un buen torneo”, destacó. Squillari ponderó el trabajo que se viene haciendo en el desarrollo del tenis nacional. “Argentina viene bien a nivel sudamericano, compitiendo palmo a palmo con Brasil, reforzando las competencias nacionales, al nivel de las mejores federaciones del mundo. Tratamos de bajar línea para que los chicos compitan mucho y puedan desarrollarse dentro del país. Hay un gran nivel de talento y eso se demuestra en competiciones como este Sudamericano”, dijo.
No deja de resultar curioso que la gran mayoría de los competidores del torneo ni siquiera había nacido cuando Squillari colgó la raqueta. “Yo intento acercarme a los chicos y darles consejos que a mí me hubiera gustado recibir. Desde mi experiencia trato de apuntarles en qué pueden mejorar o en qué ya lo están haciendo, porque son chicos que evolucionan muchísimo. Están trabajando con muy buenos grupos de entrenamiento. Es un placer y un privilegio para mí poder verlo”, aseguró.
Al margen de que el objetivo primario siempre es desarrollar el talento, Squillari reconoce que también hay objetivos de resultado. “Cuando uno representa a Argentina, sabe que está dentro de los mejores equipos del mundo y quiere ganar. Por supuesto, también hay otros equipos que vienen con las misma intenciones, en el tenis nadie regala nada, pero creo que Argentina tiene nivel como para aspirar al campeonato”, vaticinó el zurdo.