“Lo encontraron cerca de las 7. Un vecino que pasaba observó que la puerta de la forrajería estaba abierta y le llamó la atención porque él nunca abría tan temprano. Le advirtió de esto al policía que estaba en la esquina y ahí lo encontraron muerto. Me dicen que había sido golpeado y que tenía sangre en la boca”, indicó Jéssica Pérez, la sobrina de Carlos Pérez, el comerciante que fue encontrado sin vida y con signos de violencia ayer en su vivienda de avenida Belgrano al 2.600. El hombre de 58 años tenía su local comercial en la parte frontal de su casa.
Ayer al mediodía los efectivos de la seccional 7ª custodiaban el perímetro de la escena a la espera de los peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF). A su vez, el personal de Criminalística y de la división Homicidios, a cargo de los comisarios Adrián Moreno y Jorge Dib, se entrevistaba con los vecinos y buscaba cámaras de seguridad que pudieran haber captado algo sobre el hecho.
“Si no era por ese vecino y su señora no sé si nos enterábamos de esto tan pronto. Mi tío era jubilado y vivía solo”, explicó la sobrina, que esperaba al costado de la casa de Pérez para tener más información sobre lo que había pasado. “No pudimos verlo todavía. Dicen que está muy golpeado y, a simple vista, parece que falta la balanza con la que pesaba los alimentos de la forrajería. Parecería que le entraron a robar”, señaló la mujer.
Esa es sólo una de las líneas que investiga el fiscal Carlos Sale, quien espera por el informe de la autopsia y por ver los videos de las cámaras para poder profundizar alguna hipótesis.
Zona insegura
“La semana pasada se afanaron el motor de un aire acondicionado, nos roban los picaportes, las llaves de los medidores de gas”, explicó Alberto Morales, uno de los vecinos que asistió a los familiares de Pérez. “Hacen daño nada más, yo no sé si es por la droga, pero a todos los medidores de la zona los hicieron pedazos y por eso ahora están así”, agregó, señalando la puerta de una de las casillas de gas que tenía un fierro soldado en la puerta para que no puedan abrirla fácilmente. Esas improvisadas “barras de seguridad” fueron instaladas en varios medidores de Villa Luján y barrio Jardín, por los constantes robos a medidores.
“En la escuela de Manualidades viven robando; nunca mejora esta zona, y eso que la Policía la recorre. Por esa calle (señalando a la Sargento Cabral) se va a la Jefatura, que está a dos cuadras y por aquella (apuntando a la Necochea) se sale de la Jefatura”, se lamentó Valentín Olarte. Su esposa agregó que varias veces vieron que los ladrones (en general) y arrebatadores esconden sus botines en los contenedores de basura. También aseguró que en el barrio todos saben dónde están las guaridas de ladrones. “Los vecinos ya los tenemos ubicados, varios se esconden en un galpón abandonado de esta zona, Si nosotros lo sabemos... ¿No lo sabrá la Policía? Es de no creer”, expresó Mercedes.
Los vecinos recordaron con cariño a Pérez. Contaron que el hombre disfrutaba de sacar una silla a la vereda y sentarse por horas mientras esperaba a los clientes que frecuentaban su comercio.