Explican los físicos teóricos que lo que diferencia la física cuántica de la clásica puede explicarse simplemente: mientras en la física newtoniana cada elemento sólo puede estar en un lugar; en la física cuántica puede estarlo en dos y desafía sin enfado la lógica del sentido común.
Esa especie de definición nos traslada a la política comarcana. Tal vez sea una cuestión de la física cuántica explicar por qué Juan Manzur es gobernador y Jefe de Gabinete o por qué Osvaldo Jaldo es al mismo tiempo gobernador y vice.
Acostumbrado a que sea esta ciencia la que lo interprete se podría inferir que la acción judicial que Manzur ha planteado ante la Corte Suprema de Tucumán es de inspiración cuántica ya que en definitiva, alcanzará la vicegobernación para simultáneamente, aunque sea parcialmente, ser gobernador y por qué no un candidato nacional fuerte.
Siguiendo ese fin, el actual jefe de ministros de la Nación sostiene en su escrito judicial que es víctima “…de una discriminación lesiva a los Derechos Humanos básicos debido a la omisión normativa constitucional arbitraria e ilegítima, que no contempla la posibilidad de que el actual gobernador de la provincia pueda ser candidato a vicegobernador en las próximas elecciones provinciales para dicho cargo…”
Vale recordar que esta Constitución a la que Manzur tacha de lesiva de los Derechos Humanos es exactamente la misma Carta Magna que él juró respetar y hacer respetar. No sólo eso, sino que presidió cada una de las sesiones en las que se debatieron los diferentes temas. También cabe revisar que en aquel momento –año 2006- gobernaba José Alperovich y hasta la Constitución se hacía a su gusto, paladar y billetera. Los principios y la ética estaban sujetos a su deseo.
La presentación de Manzur lleva la firma de su abogado, Antonio Raed, quien fue convencional constituyente de esa Constitución que hoy se reprocha y que hace tan pocos años él también juró hacer respetar.
Pero estas cuestiones cuasi contradictorias, que un padre no aceptaría de un hijo, debemos seguirlas viendo en el plano de la política cuántica, bajo cuya lógica es dable jurar y abjurar, aunque el sujeto y el objeto de ambas acciones no hayan cambiado en el tiempo ni en el espacio. Pero dejemos bajo profundas aguas estos razonamientos propios también de la magia.
Si nos ajustamos a los pensamientos de los Derechos Humanos, cuya lesión justifica, según Manzur –y Raed- su agravio. Nadie podría dudar de que el derecho a ser candidato es un derecho humano, pero lo que tampoco nadie debiera cuestionar es que las previsiones constitucionales que ahora el Jefe de Gabinete repudia tienen una finalidad clara: promover la alternancia republicana evitando la permanencia prolongada en el poder de las mismas personas.
En las bibliotecas de los que estudian estas cuestiones -y de Tribunales- está guardado un pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la reelección presidencial indefinida. Ese tribunal sostiene que aquellas restricciones son válidas y conforman un sacrificio menor cuando se compara con los beneficios que trae para la sociedad la prohibición de las reelecciones indefinidas. Más aún cuando se advierte que el mayor peligro para las democracias de la región no es un rompimiento abrupto del orden constitucional, como pasó a mediados del siglo pasado, sino la erosión paulatina de las salvaguardas democráticas que pueden conducir a un régimen autoritario incluso habiendo sido electo por el voto popular. Estos antecedentes cuajan sobre la realidad tucumana y parece que hubieran sido hechos con motivo del planteo de Raed –y de Manzur-. Lo que sentencia este máximo tribunal del continente podría servir para resolver el amparo que promovió Manzur –y Raed-. Como sucede, en tantas ocasiones la Corte provincial podría rápidamente despachar la cuestión haciendo uso del latiguillo del Pacto de San José de Costa Rica. Pero en Tucumán se ha logrado una construcción de poder tal que deja a salvaguarda a sus arquitectos.
La Corte Interamericana sostiene en aquella resolución que una de las razones para limitar la permanencia en el poder por un largo período de tiempo es que la permanencia en ciertos cargos afecta la independencia y la separación de poderes, dadas las capacidades que tales cargos asignan para nombrar a otros miembros de los poderes del Estado.
Tan cierto es esto que además de haber sido presidente de la Convención Constituyente, fue ministro de Salud de la provincia y de la Nación, dos veces vicegobernador, dos veces gobernador y un tiempo Jefe de Gabinete. Y, así, dos miembros de la Corte han sido fiscales de Estado que estaban a sus órdenes y que fueron designados en el máximo Tribunal con su acuerdo. Pese a ello no han visto causales de excusación ante el planteo de su ex jefe. Inclusive, Eleonora Rodríguez Campos salió beneficiada en el sorteo y será la vocal preopinante. El presidente de la Corte, Daniel Leiva tampoco se ve a sí mismo –pero está- en igual encrucijada.
Corren el riesgo de dejar sentada una jurisprudencia ajena a la legitimidad de los planteos y abierta la sospecha de la amistad o de la sumisión al poderoso.
Aún no hay candidato
Desde 1863 existe en los tribunales del país la regla de que para que intervenga cualquier estructura del Poder Judicial debe existir un hecho o un caso judicial. Curiosamente, ese hecho no ocurre en esta cuestión de amparo o, al menos, no fue demostrada ni legitimada. Manzur –y Raed, claro está- exige una resolución pero él aún no es candidato a vicegobernador ni nada lo legitima para serlo porque aún no está la fórmula electoral legitimada ni inscripta en lugar alguno.
Inclusive, cuando Manzur, el viernes pasado que ya nunca más volverá, explicó ante la prensa que había pedido a la Justicia un pronunciamiento, inmediatamente indicó que no era momento de hablar de candidaturas porque había cuestiones más graves en el país y dijo que eso lo pensaban tanto él como Jaldo.
Por eso, Manzur lo que ha hecho es un planteo conjetural. Es una simple conjetura planteada y no es un hecho o un caso judicial en el sentido que tiene la tradición jurídica que desde siempre ha señalado que sólo constituye caso judicial la controversia actual y concreta –no futura- en la aplicación del derecho y, por lo tanto, los tribunales no deberían emitir opiniones consultivas.
Si bien el planteo de Raed –y de Manzur, obviamente- es casi un amparo que va mudando en una acción declarativa de certeza, no les va a ser cómodo a los vocales de la Corte encontrar una salida. Es posible que el sentido común le dé cierta lógica al planteo del Jefe de Gabinete, pero no se trata de eso, precisamente. Justamente, la física cuántica –y la política “cuántica”- desafía el sentido común.
Distinto a José
Esta rareza se convierte en terreno minado para los vocales. Es que el amparo de inconstitucionalidad por omisión del artículo 90 de la Carta Magna provincial, tiene una fundamentación como si se tratara de una acción declarativa de certeza. Fue este último planteo el que utilizó José Alperovich para ser gobernador tres veces. Y esa es una vía procesal diferente. Alperovich, quien fuera jefe y titiritero de muchos de los principales actores de la política actual, recurrió a la declaración para que una cláusula transitoria de la Constitución no frene sus ambiciones desmedidas de poder, que a juzgar por su presente actual no le ha quedado ni el bronce lustroso.
Pero volviendo al planteo de Manzur –y de Raed, por supuesto- es posible que no hayan querido recurrir a la Cámara Contencioso Administrativa y hayan preferido hacer el planteo en la Corte porque deben haberse sentido más cómodos en ese Tribunal. Por ello, para poder decidir si el Jefe de Gabinete y a la vez gobernador puede ser candidato a vicegobernador, Rodríguez Campos, Leiva, Claudia Sbdar, Daniel Posse y Antonio Estofán tendrían que convertir el amparo en acción declarativa. No es un escollo menor, pero Manzur –y Raed, claro está- confía en la habilidad narrativa del Alto Tribunal. Va a ser para sacar balcones cuando le regule los honorarios a Raed –no a Manzur, obviamente- en un fallo a favor del amparo, porque en ese mismo momento –ipso facto, dirían los juristas- quedaría expuesta su mala praxis como convencional.
Fuera de los Tribunales
Y, si volvemos al prisma de la física cuántica, se infiere que el futuro de Manzur aparece lleno de acechanzas y las oportunidades son tantas como los riesgos. Si en la Justicia le sale todo a pedir de boca, como siempre ocurrió, ¿cómo seguirá en caso de salir electo? ¿Pensará desempeñar el cargo? Cabe recordar que a Mario Leito y a Pablo Yedlin les pide que armen acoples en la Capital cuando ambos ya le dijeron que quieren seguir en sus bancas del Congreso.
De noche, en sus desvelos, el Jefe de Gabinete deshoja margaritas evaluando las opciones: ¿asumo como vice y punto final? ¿En cualquier caso a quién pongo de subrogante? ¿Me eligen y montado en un buen resultado disputo un lugar en la fórmula presidencial? ¿Y si se pierde y quedo dañado? ¿Y si le pido a Pablo Yedlin que me devuelva la banca que le regalé (presté o se ganó)? Y varias más en una fantasía de poder que ya vimos que tiene alas grandes.
Con la pista mojada
El viernes también la oposición tuvo una reunión a la que asistieron muchos, no todos, y específicamente hubo alguien que brilló por su ausencia. El piloto radical Roberto Sánchez no fue casi por una cuestión de educación. No le avisaron con mucha anticipación, aducen los mecánicos de la escudería “Sánchez gobernador”. Pero más allá de esta sutileza, el encuentro en el mercado de Abasto fue convocado por Pro que hasta ahora se mueve entre las sombras del equipo “Alfaro gobernador”. Ese juego en tándem es para Sánchez como correr con la pista mojada, le hace falta otra atención y otras gomas para evitar algún choque inesperado.
En los boxes radicales apuestan a que la parsimonia y la pericia del piloto se mantengan indemnes en este tipo de jugadas donde por lo general no está sólo el hecho de tener un encuentro o de lanzar planes de gobierno sino también donde se esconden intenciones de definir lo más difícil de decidir. Mientras maneja con serias dificultades la UCR, el concepcionense despeja incógnitas para llegar a la meta: ¿la convocatoria de Pro a la reunión la hizo motu proprio o por orden de Alfaro? ¿Pro puede declararse independiente del intendente de Capital? Y, si pudiera, ¿Alfaro debería preocuparse? ¿Y si decido correr solo, por fuera de estos espónsor? Demasiadas preguntas para la pista mojada y sin la meta a la vista.