Levantarse una hora o dos horas antes para esperar el colectivo. Trasladarse por trayectos más largos, con sectores del camino que no están en muy buen estado. Incertidumbre por no saber cuánto durará la obra, si les afectará las ventas a los que viven del turismo y si los desvíos terminarán impactando en los precios de las productos que consumen a diario. Ayer comenzaron los trabajos previos para el futuro reemplazo del puente en El Rulo, por lo que ya se encuentra cortado el camino hacia San Javier, por la ruta provincial N° 338. Los lugareños, que ya empezaron a ver afectadas sus rutinas, tienen sentimientos encontrados: reconocen que era algo muy necesario, aunque saben que por unos meses tendrán que padecer varios trastornos.

El ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, Fabián Soria, detalló a LA GACETA que, cómo estaba previsto, a las 10.30 comenzaron a armar el obrador en la zona de El Rulo. Hasta que terminen los trabajos, habrá un corte total en el acceso más directo que tienen los vecinos de San Javier hacia Yerba Buena y a la Capital (hay 12 kilómetros desde El Cristo Bendicente hasta la rotonda del pie del cerro).

Las obras contemplan la demolición del viejo puente, que viene sufriendo el desgaste de más de 80 años de uso, a lo cual se suma el deslizamiento natural de los cerros y la presión de agua que ejercen las fuertes lluvias sobre la bóveda. El año pasado, los especialistas advirtieron que el Rulo presentaba grietas en los pilares que sobrepasan los 10 centímetros de ancho. La nueva estructura será realizada de hormigón.

“Se planificó para mañana (por hoy) comenzar la demolición, una vez que se traslade todo el equipamiento necesario”, precisó Soria. La memoria descriptiva de la obra precisa que el nuevo puente tendrá una longitud de 14,5 metros y un ancho de 9 metros (8,5 de calzada). Los trabajos costaron $ 50 millones y se estima demandarían al menos cuatro meses.

EN MARCHA. Las maquinarias trabajaron ayer a lo largo de la jornada en la obra en el cerro.

“Con esta obra cumplimos con dos grandes objetivos para la provincia: invertir en turismo y cuidar a los tucumanos. La construcción del nuevo puente será una solución a una estructura dañada y mayor seguridad para los conductores”, indicó el funcionario.

Cambios

“Cambian sustancialmente los tiempos y las distancias para subir o bajar por Villa Nougués o por Tapia. Tal vez también esto termine provocando retrasos en los colectivos”, opina Juan Carlos Pistán, que vive en el kilómetro 6 de la ruta 340, en San Javier. Pese a su preocupación, él está de acuerdo con la obra para reparar El Rulo. “Realmente era un peligro. Por ahí pasan colectivos cargados. Podía ocurrir una tragedia en cualquier momento. La estructura de El Rulo estaba muy afectada. Habrá que ser pacientes y esperar porque es algo fundamental también si queremos seguir creciendo desde lo turístico. Se revalorizó de la zona de El Cristo y ahora se reinaugura La Primera Confitería. No podíamos tener un puente destruido en el medio”, remarca.

A Pistán, igual que a muchos otros vecinos, lo que más le preocupa es que las obras se extiendan más allá de enero por las intensas lluvias de verano. Claudia Vanesa González, que vive a metros del Cristo Bendicente, celebra la obra, pero no el momento que eligieron para hacerla. “Vienen las fiestas de fin de año y las vacaciones, que es cuando recibimos turistas. Creo que esto puede afectar las ventas de los puesteros sobre todo. Se nota una preocupación en ellos. Si no suben visitantes, no se cómo subsistirán”, apunta la mujer, que es mamá de tres hijos. Dos de los chicos todavía estudian en San Javier, pero el más grande está terminando la secundaria en Yerba Buena (la escuela en el cerro tiene solo hasta tercer año). “El va y vuelve todos los días en colectivo (usa la única línea disponible, la 118), y tiene una hora más de viaje en cada recorrido”, resaltó.

Otra cuestión que le inquieta es qué pasará con el precio de los productos que los lugareños compran en los almacenes. “Al ser más largo el recorrido para trasladar los insumos, calculo que habrá un aumento en los costos. Hoy ya vi que aumentó el pan”, destacó.

Jorge Sosa, que a diario hace fletes desde San Javier a Yerba Buena y a la capital, admitió que por los desvíos se encarecerán los viajes. “Por Villa Nougués, son 17 kilómetros más. En tiempo, es media hora de retraso. Yo tendría que cobrar $ 1500 más. El otro camino, por Tapia (ruta 9) no es lo más conveniente desde el punto de vista económico y de tiempo, ya que se podría demorar hasta dos horas más”, explicó. De todas formas, opinó que la refacción de El Rulo es esencial porque la estructura está muy deteriorada y pone en riesgo la vida de muchas personas.

En la escuela Otilde Brígida Toro, de San Javier, también hay cierta preocupación. Los docentes de la primaria se están acomodando y muchos se trasladarán en sus propios vehículos para no llegar tarde. “Calculo que tengo que salir unos 20 o 30 minutos antes para venir por Villa Nougués. El tramo es un poco más largo, pero también hay que circular con mucha precaución porque es más angosto y peligroso. Tiene curvas muy pronunciadas y le falta señalización. Deberían demarcar bien el camino, porque cuando se nubla no hay buena visibilidad”, señaló Patricia Jiménez, la directora del establecimiento. Ayer los docentes de la primaria llegaron bien y a tiempo a clases, aunque tuvieron que salir antes de sus casas. Con los profesores de la secundaria, la situación podría ser más complicada, según adelantó, ya que ellos tienen horas de cátedra y generalmente cuentan con otros trabajos. Algunos de ellos tienen los minutos contados para los traslados. “Ya iremos viendo cómo nos acomodamos. Sabemos que, a la larga, es algo positivo y beneficioso para todos”, resumió.