Con extensas filas para circular dentro de los limites permitidos, rezos afligidos y un auténtico cariño por la figura del Papa emérito, ayer fue el último día en que los fieles pudieron despedirse de Benedicto XVI. Desde el lunes, el cuerpo del cardenal alemán reposó en el altar mayor de la Basílica de San Pedro (Vaticano) para que los creyentes lograran presentar sus respetos o elevar oraciones en su nombre. En ese lapsus, las puertas de la iglesia se mantuvieron abiertas desde las 7 hasta las 19 (hora en Roma).
Tras concluir la capilla ardiente, autoridades del Vaticano y la Prefectura de Roma indicaron que la convocatoria superó con creces sus expectativas. Aunque incapaces de ofrecer números exactos, desde la agencia de noticias de la Santa Sede se estimó que hubo (contando los tres días de ceremonias) más de 190.000 peregrinos presentes.
Esos porcentajes dan cuenta del afecto generalizado y la relevancia que tuvo su imagen en la evolución de la Iglesia. En cuanto al legado espiritual que dejó el Papa Emérito, el padre tucumano José Pepe Abuín rescata tres elementos de gran valor.
“Él fue un hombre de una fe profunda en Dios y capaz de reconocer los signos de la historia en la cual se transita para saber actuar y hablar en el momento oportuno. Como segundo aporte, supo darle continuidad al papado anterior y no hacer un corte”, comentó el vicario General de la Arquidiócesis de Tucumán.
De la reflexión no se escapa el momento en que Benedicto XVI anunció (11 de febrero de 2013) que abdicaría de su papado. “Resalto que haya tenido la suficiente humildad y valentía para saber dar un paso al costado; renunciando, cuando se dio cuenta que sus fuerzas ya no daban más”, indicó.
El padre Abuín recordó el valor aportado a la interpretación de la Biblia. “El lograr adecuarla a los tiempos actuales ha sido uno de los grandes desafíos de él. Benedicto XVI fue perito del Concilio Vaticano II, en donde hizo aportes importantes en orden a la teología y la escritura. No podemos tildarlo de conservador ni de progresista, sino de un hombre que supo actuar y descubrir cual era la voluntad de Dios para la Iglesia en el momento en que se desempeñó como Papa”, añadió.
Exequias
El funeral de Joseph Aloisius Ratzinger se realizará hoy a partir de las 9 (hora en Roma) en la Plaza de San Pedro. La ceremonia religiosa estará presidida por el papa Francisco y también estará en el altar el cardenal decano Giovanni Battista Re. Quienes deseen ver el minuto a minuto pueden seguir la transmisión en vivo que realizará la cadena de televisión religiosa EWTN. Solo debemos ingresar a la página www.ewtn.com o al perfil de YouTube “EWTN español”. El único detalle es que tendremos que madrugar a las 5 por la diferencia horaria entre Italia y Argentina.
Acorde a una decisión personal de Benedicto XVI las exequias serán solemnes, pero sobrias. En un ataúd de cedro sus restos mortales serán trasladados a la plaza para que los devotos recen el rosario. Después de concluir la misa, por protocolo, el cuerpo reposará en un triple féretro (el segundo fabricado con zinc y el tercero hecho de madera). Esta última preparación se realizará en privado y sin espectadores ajenos a la Santa Sede.
Además, en el ataúd se colocarán las monedas acuñadas entre 2005 y 2013 (periodo que corresponde a su pontificado), algunos textos con los hechos más destacados de su biografía y un rogito (previo a la sepultura de su antecesor este se leyó en público).
El funeral seguirá el mismo rito (Ordo exequiarum Romani Pontificis) que corresponde a un pontífice reinante, aunque con leves adaptaciones. La mayor modificación pasará por las lecturas elegidas para la ocasión.
Invitados
Según los datos facilitados por el Vaticano en el funeral habrá cerca de 400 obispos, 120 cardenales y casi 4.000 sacerdotes, sumado a unos 1.000 periodistas acreditados. La Santa Sede sólo invitó a delegaciones oficiales de Italia y Alemania; no obstante, irán a título personal representantes de al menos 15 países. Entre ellos, por parte de España, se destaca la Reina Sofía y miembros de la Conferencia Episcopal Española.
Sobre el entierro
También por expresos deseos, Benedicto XVI descansará en las grutas del Vaticano; debajo de la Basílica de San Pedro. El cuerpo será puesto en la tumba que perteneció con anterioridad a San Juan Pablo II. Cabe recordar que en 2011, con miras a su beatificación, él fue trasladado a la Capilla de San Sebastián.
En cuanto a ornamentos y vestimenta, será dispuesto con la casulla que utilizó en la misa final de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), celebradas en Australia durante 2008. La decisión fue tomada en base al disfrute por aquel evento que le expresó a sus allegados.