Hace algunos años que las estafas virtuales tomaron trascendencia en el plano criminal, se volvieron frecuentes y de diversas modalidades. Hace tiempo que estas maniobras suelen darse en el escenario virtual mediante hackeos. Esta modalidad delictiva consiste en vulnerar confidencialidad de datos y así obtener claves que permiten ingresar a cuentas , billeteras virtuales y home banking de las firmas bancarias. Una vez que los bandidos de la web obtienen las claves personales, los usuarios están a su merced y padecen el vaciamiento de sus ahorros, sueldos e ingresos. El modus operandi puede llegar por medio de falsos gestores que usan argumentos apócrifos, como por ejemplo un cuestionario haciéndose pasar por agentes del Ministerio de Salud que ofrecen turnos de vacunación y envían un código ladrón logrando clonar la aplicación de WhatsApp; está jugada se impuso en medio de la pandemia aprovechando la necesidad de la gente de vacunarse e hicieron extorsiones virtuales y falsos secuestros, por ejemplo; por igual se presentan como oficiales de tarjetas de créditos y débitos de los bancos pidiendo datos de los plásticos que usan para hacer compras online y transferencias. El cuento del tío tiene un nuevo formato, muy sofisticado por cierto, y para mal de la gente no hay seguro que responda por los usuarios estafados debido a la falencia de las políticas de seguridad bancaria.
Williams Fanlo
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