LeBron James hace la historia de la NBA. El actual jugador de Los Ángeles Lakers, se convirtió en el máximo anotador en la liga más prestigiosa del planeta al sobrepasar a Kareem Abdul-Jabbar, que ostentaba 38.387 puntos.
James sumó 38 puntos -necesitaba 36 para romper la histórica marca- en la derrota de la franquicia angelina frente a Oklahoma City Thunder (133-130) y escribió una página dorada más en su ilustre carrera.
Con una carrera deportiva de 17 años consecutivos, el nacido en Ohio conserva su fuerza y destreza gracias a su rutina de entrenamiento.
Su rutina se compone de tres rondas de nueve ejercicios en las que realiza de 8 a 10 repeticiones y donde apenas deja reposar el músculo con el fin de crear una gran fatiga en poco tiempo y así lograr que aumenten su resistencia y volumen.
Pero eso no es todo. Ser el jugadore récord de la NBA tiene un precio. Recientemente su preparador físico Frank Vogel explicó que además de sus entrenamientos diarios, James tiene a disposición un equipo de fisioterapeutas, masajistas y la mejor maquinaria para que sus músculos estén en perfecto estado.
El propio LeBron explicó en más de una ocasión que no todo tiene que ver con el cuidado de su físico. Que la parte fundamental está en su cabeza y en sus ganas de seguir trabajando y mejorando. Incluso cuando ya lo ha conseguido todo.
"Todo depende de mi mente. Mi cuerpo va a estar preparado, porque si mi mente está en esto, yo me aseguraré de cuidar mi físico y seguiré trabajando". No hay más secreto que el trabajo. Al menos así es para el máximo anotador histórico de la NBA.