El refrán, “…no aclare que oscurece...”, termina con el delirio de un forastero de la política, que intenta cambiar el peso por otro signo monetario, tratando de influenciar en un derecho humano básico como es la libertad. Intuyendo el rechazo, el autor de la fantasía, reflexionó y reconoció la fragilidad del proyecto, e intentó algunas aclaraciones referentes a: que “se puede iniciar el proceso, usando dólares e incorporar otras monedas al circuito monetario, (LA GACETA, 27/4/23), lo que supone la circulación de una variedad de monedas que agravarían el actual escenario; que la dolarización no resuelve todos los problemas de la economía del país; que sería necesario crear un seguro de desempleo, (“nuevos planes sociales”), con los aportes de los trabajadores, obviando los depósitos bancarios, (LA GACETA, 30/4/23). Desde el punto de vista político, este personaje pretende alcanzar su objetivo utilizando la consigna “La Libertad Avanza”. Pero los argentinos sabemos que lo único que avanzará luego de la reflexión de Milei será el riesgo de que los trabajadores pierdan sus conquistas sociales; la desaparición del sistema bancario, que se transformará en mero cuidador de los dineros de sus clientes; la certeza de un default, por los préstamos para dolarizar; el aumento de la presión al dólar para desestabilizar el sistema financiero; la presión de opositores al FMI, tratando de impedir las asistencias financieras al país, profundizando la crisis; la presión de una fuerte devaluación al dólar oficial, causando una corrida financiera etc. En democracia la libertad avanzará por la dinámica de la política, por ende no necesitamos, que ningún aventurero la impulse, porque esta alternativa, ya está prevista en la Constitución nacional.

José Emilio Gómez

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