“La vida es una sombra tan solo, que transcurre; un pobre actor que, orgulloso, consume su turno sobre el escenario para jamás volver a ser oído. Es una historia contada por un necio, llena de ruido y de furia, que nada significa”.
La frase es una de las más conocidas de la obra “Macbeth”, de William Shakespeare, que -en versión de Carlos Correa- el Teatro Estable de la Provincia estrenará hoy a las 21 en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251). La entrada será gratuita (se debe retirar de la boletería con anticipación).
Este sábado estrena “Macbeth” en TucumánEl elenco está integrado por Liliana Sánchez, Marcos Zerda, Joel Alonso, Eloísa Martínez Romero, Sergio Domínguez, Nelson Alfonso, Mariano Juri, Ignacio Hael, Guillermo Arana, Emilia Guerra, Jessica Carrizo, Kika Valero, Sergio Aguilar, Andrea Barbá, Daniela Canseco, Alejandra Páez Salas, Ruth Pláate y Facundo Vega Ancheta.
Las funciones continuarán los viernes y sábados de mayo y junio, hasta el 1º de julio inclusive, siempre en el mismo horario.
El director de la puesta explicó, en diálogo con LA GACETA, que en esta versión redujo escenas y personajes para poder trabajar con las 18 personas que integran el elenco. “Si respetáramos el texto original necesitaría unos 30 actores. Hay personajes que tienen una aparición muy fugaz en la obra. También saqué algunas cuestiones que en la época de Shakespeare eran muy bien recibidas por el público, que tienen que ver con lo poético comparativo -detalló-. Cuando dice, por ejemplo: ‘Así como el halcón se apodera de su presa...’ Todas esas comparaciones que son acumulativas en un mismo diálogo, las acorté, también para acortar el tiempo de la obra porque completa debe estar en dos horas y media a tres. Esta versión dura una hora y media”.
- ¿Qué más modificó?
- Reduje algunos monólogos en la medida en que yo consideraba que ya quedaba entendida la idea. Todo considerando los tiempos a los que están habituados los espectadores actuales, consumidores de medios que buscan la inmediatez. Después, agregué algunas frases que tienen que ver con la política actual. La obra tiene una actualidad tremenda en cuanto a la transa y la ambición política, el uso político de la palabra, de la inteligencia, de la belleza, y de la estupidez también.
William Shakespeare cumplió 450 años- ¿Tiene ritmo ágil?
- Esta es una de las obras más vertiginosas de Shakespeare. Las escenas cambian todo el tiempo, te lleva al galope con recursos teatrales. De pronto entra un par de actores y hace una síntesis de lo que pasó, de lo que puede pasar, y con eso él se evita un montón de escenas. También está el uso de la palabra para suplir a la escenografía, porque el teatro isabelino no usaba escenografía. Había entradas, salidas, a veces balcones, pero nada más. Los personajes decían, por ejemplo: “En este hermoso paisaje...” o “En este páramo...” o “En este castillo...” y con eso ya plantaba la convención. Yo he tomado algo de eso. Hago una síntesis. Uso unas tarimas, unos bastidores, mucha luz, mucha música, y con eso trato de condensar semejante potencia dramática y poética.
- Hubo numerosas adaptaciones cinematográficas.
- Sí. Es uno de los textos más visitados. Hay dos versiones actuales. Una de 2015 (de Justin Kurzel), con Michael Fassbender y Marion Cotillard, y la última es de 2021 (de Joel Coen), con Denzel Washington y Frances McDormand. La vertiginosidad que tiene texto lo vuelve tan atractivo. Además es un clásico y tiene parlamentos, frases, que están en la memoria colectiva. Son textos que han sido dichos por tantos grandes actores, que ya se vuelven míticos. El peligro siempre es caer en la reverencia hacia esos textos al representarlos, en lugar de ver de qué manera uno puede apropiarse de ellos y darles resonancias actuales, decidiendo cómo lo rítmico actual va a habitar esos textos. No podemos hacerlos como los hacían ellos. Ya pasaron 400 años.