En España, una situación horrible se vivió en un call center y terminó por sorprende y enojar a toda la sociedad. Una trabajadora murió en plena jornada laboral en el edificio de trabajo y sus compañeros fueron obligados a seguir con sus obligaciones laborlales mientras el cuerpo de la mujer yacía en medio de todos.
En su segundo día de trabajo, un vigilador murió atacado por nueve perrosSegún informaron fuentes policiales al diario El País, la víctima falleció de un infarto por causas que aún se desconocen y las medidas que tomaron los empleadores de la empresa generó indignación entre los trabajadores y delegados del lugar.
Cómo fue la situación que genera indignación y enojo en España
El hecho ocurrió cuando Inma, de 57 años, se encontraba llevando a cabo sus labores diarias en el call center Konecta. Constatada la muerte de la mujer, el Samur, un servicio de emergencias de Madrid, llegó con seis vehículos 20 minutos después de su fallecimiento, y su cadáver permaneció en su cubículo, custodiado por policías, mientras que los trabajadores seguían con su trabajo.
Fuentes de la Confederación General del Trabajo de España (CGT) afirmaron que algunos compañeros ni se habían percatado de la situación, y uno que se acercó a las autoridades del call center para preguntar si podía retirarse recibió la orden de continuar bajo el pretexto de que su trabajo es “un servicio esencial”. Según esta versión, todos debieron seguir con su labor junto al cuerpo de Inma hasta que una hora y media después llegó la responsable de prevención de riesgos laborales de Konecta, quien dio la orden de evacuación.
La mujer fallecida llevaba más de 15 años trabajando en la empresa y no se conocen las causas por las que tuvo el infarto. De todos modos, las revisiones médicas a cargo del call center presuponen riesgos físicos para la columna, el oído o la garganta.
Denuncian la insensibilidad e indiferencia de la empresa
Miguel Ángel Salinas, otro delegado de la prevención de riesgos laborales del sindicato, fue quien denunció la escena a la prensa: “Me encontré el cadáver ya cubierto. Jamás en mi vida había visto un cuerpo de esa manera”, declaró. Al momento que él había entrado a la sala del call center ya habían pasado dos horas y cuarenta minutos desde la muerte de Inma.
El caso conmovió a los ciudadanos y a los medios locales por la presunta insensibilidad de la empresa a la hora de obligar a sus empleados a persistir con las tareas como si nada hubiese ocurrido, pero cuatro trabajadores de esa sala afirmaron que ese relato “es mentira”.
Sin embargo, según la CGT, los testimonios de los compañeros varían y hubo quienes recibieron la orden de continuar atendiendo llamadas, otros marcharon por su cuenta y otros siguieron “por inercia”.