Un sustancial avance en el proyecto de reforestación de San Javier se produjo con la iniciativa de una empresa de soluciones climáticas que buscar restaurar ecosistemas para mitigar el cambio climático. Con drones y bombas de semillas, proyectan reforestar Latinoamérica, utilizando los avances y posibilidades que da la tecnología, tras las experiencias que han tenido en los últimos dos años llevando semillas de especies nativas a la yunga tucumana.
Hace dos años dispersaron con parapentes más de 10.000 bombas de semillas por el cerro; el año pasado, propusieron reforestar tres hectáreas del Parque Sierra San Javier, con 2.800 árboles nativos. Participaron voluntarios y también la Universidad Nacional de Tucumán compartió sus iniciativas para repoblar de especies el cerro. En el parque Sierra de San Javier, además, se está desarrollando un trabajo experimental para mitigar el impacto de especies foráneas como el ligustro, que está afectando la yunga porque impide el crecimiento de las plantas nativas.
En diciembre los emprendedores del programa Conscientes firmaron la empresa de soluciones climáticas. Una ingeniera que participa en este proyecto contó que “la misma semana que hicimos la plantación en San Javier, en Salta se quemaron 45.000 hectáreas, y en Tucumán, otros cientos. Nos empezamos a preguntar cómo podíamos escalar nuestro proyecto. En una jornada, con 400 voluntarios, plantamos 3,5 hectáreas . Ahora, en un día de trabajo un dron puede reforestar 20”. En efecto, la nueva iniciativa emplea drones de hasta dos metros de diámetro equipados con tecnología de siembra para plantar árboles de manera precisa y eficiente en áreas deforestadas. “Estos drones pueden plantar miles de árboles en un día, lo que es mucho más rápido y eficiente que los métodos tradicionales de plantación”, explicó el responsable de la empresa. Además se usan nuevas “bombas”, modificadas para garantizar la supervivencia de las semillas.” Son semillas nativas con un tratamiento químico. Tradicionalmente, para germinar, una semilla necesita ser ingerida por un animal, pasar por el tracto digestivo y ser expulsada. Lo que hacemos nosotros es seleccionar las mejores y las probamos con un consorcio de bacterias (hongos, compost y otros promotores) que las recubren. Estos componentes naturales les otorgan mejores condiciones germinativas”, explicó una biotecnóloga del grupo. Son empaquetadas en una bola de 17 milímetros, biodegradable, compostable y biosoluble. Con las pruebas en laboratorio, la tasa de germinación es del 100%.
En este comienzo der esta nueva iniciativa la propuesta es restaurar más de 40 hectáreas de bosques de San Javier, con 20.600 árboles nativos y con 400.000 semillas. Se ha diseñado un plan de restauración; se definieron las áreas a restaurar, “y en función de eso se elaboran los proyectos: se analiza el potencial de restauración, la biodiversidad local, el potencial del suelo y otras variables, como los patrones de cobertura del terreno y las precipitaciones anuales”.
En el laboratorio ya están trabajando con las semillas de árboles, arbustos y gramíneas nativas. Además -en paralelo- se producen árboles de esas mismas especies (churqui, pacará, cebil, tipa blanco, nogal criollo, tarco, lapacho, entre otros) en un vivero de la Fundación Forestar. Todo eso se utilizará en San Javier.c La idea, que combina actividad empresaria con investigación científica enfocada en la preservación, puede servir como ejemplo para nuevas iniciativas vinculadas con el medio ambiente y la protección de la naturaleza.