Pasadas tres semanas de la anterior crisis del sistema de transporte, el reclamo por falta de pago de salarios de los choferes de colectivos volvió a hacerse sentir con fuerza. Tras varios días de negociaciones y advertencias de suspensión del servicio, la tensión llegó a un punto extremo hasta la medianoche, generándose no sólo incertidumbre con respecto al impacto que habría en la sociedad en general en este viernes previo a la fiesta patria, sino en particular en el sistema escolar, puesto que este último día de clases ha estado destinado a todas las actividades vinculadas con el 9 de Julio. Hasta medianoche, no se supo qué iba a suceder al respecto. Por otra parte, ayer fue un día afectado medianamente por la protesta, puesto que hubo varias líneas que no funcionaron.
El reclamo es el mismo del mes pasado: la falta de pago de haberes, garantizados para los conductores del área de la CABA y la provincia de Buenos Aires, donde el Gobierno nacional se comprometió a garantizar el cumplimiento del acuerdo salarial hasta septiembre. Como el resto del país depende de compromisos de las provincias, la situación es dispar, ya que -según se ha denunciado- la Nación está entregando mal y tarde su cuota de subsidios y a las provincias no les alcanzaría para aumentar más sus aportes, con excepción de Córdoba capital, Mendoza, San Juan y Salta. La falta de mejora en el apoyo nacional ha sido expresada hace tres semanas por el secretario de Transporte de Tucumán: “la Provincia viene cumpliendo, pero no es suficiente sin los aportes de la Nación, que están siendo escasos, desactualizados y morosos”. Agregó que “el Ministerio de Transporte de la Nación se está comportando de una manera llamativa para nosotros, y nada ecuánime. Por un lado, toma partido en el AMBA y participa de las discusiones junto con el Ministerio de Trabajo para solucionar el tema allá, pero deja libradas a las provincias, diciendo que es responsabilidad de cada una de las jurisdicciones”.
Cuando se superó la crisis el mes pasado -se habían anunciado dos días de paro y se levantó la protesta en el segundo día, porque llegaron los subsidios- se anunció que la Nación estaba normalizando su deuda. Ahora parece que en realidad se están entregando los subsidios correspondientes a mayo, y al parecer hay empresas a las que se les adeuda parte de los subsidios de meses anteriores. Como sea, no estaría normalizado el servicio.
Por otra parte, el conflicto entre empresarios y sindicalistas se circunscribe, desde hace bastante tiempo, a un constante tira y afloja entre los aumentos obtenidos en negociaciones paritarias, el problema de aumento de costos, las tarifas atrasadas en medio de la vorágine inflacionaria, los servicios degradados y la incertidumbre sobre la financiación del sistema. En el medio, y sin derecho a queja, está el usuario, que ya prácticamente está sabiendo que al menos una vez al mes se quedará sin medio de transporte, a causa de este reiterado conflicto.
A mediados de junio, se analizó desde esta sección el planteo de un intendente que advertía que se trataba de una pugna que debía tener solución, aunque enmarcada en la insuficiencia de las autoridades para reclamar en Buenos Aires por el federalismo. El funcionario de Transporte tucumano dijo entonces que estaban analizando “de qué manera podemos contribuir para que vayamos avanzando”. Se trata de una compleja desavenencia que debería ser encarada con decisión, de manera multidisciplinaria, y que, pasado el tiempo electoral, requeriría un compromiso profundo de parte de las autoridades provinciales, municipales y nacionales, y de todos los involucrados en el sistema.