Tras confirmarse la liberación de una seguidora de Charles Manson, el hombre que fue líder de una secta que asesinó a numerosas personas, la atención del mundo volvió a estar puesta sobre esta macabra organización que operó en Estados Unidos desde la década del 60.
Murió Charles Manson, el asesino serial que también fue celebrityManson, quien murió en 2017 por causas naturales, fue la persona que dio origen al grupo y rápidamente fue sumando numerosos seguidores. Siempre organizados y actuando de manera conjunta, la secta asesinó brutalmente a un total de siete personas. Tiempo después, la Justicia de Estados Unidos condenó a los integrantes a prisión perpetua.
Cómo fue la vida de Charles Manson
Según consigna el diario La Nación, Charles Manson nació en Cincinnati, Estados Unidos. Su mamá lo tuvo cuando su padre biológico la abandonó. Durante sus primeros años, Manson ya demostraba una conducta desordenada. Robaba en diferentes locales y se escapaba de las clases del colegio, lo que terminó obligándolo a vivir en un correccional.
Según declaró entonces, fue violado en ese primer pabellón y logró escaparse con otros reclusos, pero fue atrapado nuevamente, ahora convertido en un ladrón de autos. Cuando parecía que todo podía quizás encaminarse gracias a su tía que lo sacó del correccional y le prometió ayudarlo a encontrar un trabajo, el joven fue hallado violando a un chico mientras lo amedrentaba con un cuchillo.
Pero Manson siguió su vida como si nada pasara, se casó y hasta tuvo un hijo. No tenía ni trabajo ni dinero, por lo que debía buscar alguna forma de generar ingresos para mantenerse, así que obligó a prostituir a una chica. Nuevamente, la falta de ética operaba en él. Su sueño era dedicarse a la música pero estaba lejos de cumplirlo.
Cómo surgió la secta de Charles Manson
Como otros asesinos, Manson presentaba un coeficiente intelectual superior al de la media. Los exámenes daban como resultado 121 puntos, cifra que se encuentra en el rango de las personas dotadas. Además de ser muy inteligente, era carismático, una cualidad que le permitió armar el clan que horrorizó a los Estados Unidos en los años 60.
Ese carisma que Manson tenía fue de alguna forma potenciado por un libro por el que se empezó a interesar, titulado Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, escrito por Dale Carnegie. Para los años 60 el hombre de Cincinatti estaba en libertad en San Francisco, en un momento en que la oleada hippie invadía los parques, donde se respiraba la emblemática filosofía de la paz y el amor.
Fue el momento perfecto para Charles para empezar a tejer la red de personas que lo acompañó durante el resto de su vida y que manipuló sin ningún tapujo. Así fue como comenzó a “reclutar” a diferentes mujeres que abogaban por ser libres en todo sentido: del capitalismo, del sistema y de cualquier imposición que pudiera surgir en el universo donde ya reinaba el flower power.
Al principio, las personas que se acercaban a Manson eran en su mayoría mujeres, las famosas “chicas de Charles”. Andaban en un autobús hippie, en el que recorrían los rincones norteamericanos para seguir sumando gente a su modo de vida que estaba marcado por el consumo de anfetaminas, LSD, hongos y orgías, con más presencia femenina que masculina.
En un primer momento, lo que ya se podía llamar “secta” tenía un total de 30 miembros, pero se dice que llegó a tener 100. El líder creía que en el mundo iba a haber una guerra racial y su grupo, su “familia”, era la encargada de intervenir y frenarla.
Los feroces crímenes de la secta de Manson
La familia Manson vivía en diferentes ranchos por los que no pagaba dinero sino que le ofrecía a sus propietarios los “servicios” de las mujeres del clan a cambio de estadías. Allí, todos se dedicaban a recorrer las zonas y robar. Robaban armas para prepararse para la supuesta guerra.
Un día llegaron a cortarle la oreja al profesor de música Gary Hinman, quien los proveía de droga pero les había dado una porción de mescalina en mal estado. La familia le había vendido la sustancia a su vez a otro grupo que le reclamó el dinero por tratarse de una mala partida. Manson y los suyos reaccionaron contra el profesor y Bobby Beausoleil, uno de los miembros de la secta, lo torturó durante dos días hasta que lo mató.
Otro de los asesinatos cometidos por el grupo fue en la madrugada de verano del 9 de agosto de 1969 cuando los miembros del clan llegaron a la casa de la popular y bella actriz Sharon Tate y su esposo, Roman Polanski, donde la estrella estaba reunida con Abigail Folger, heredera millonaria, Jay Sebring, su peluquero, y Voityck Frykowski, un director de cine polaco. También se encontraba allí Steven Parent, el guardia de la casa que las figuras alquilaban en el 10.050 de Cielo Drive, Beberly Hills.
Tate tenía 26 años y estaba embaraza de ocho meses y medio; Polanski se encontraba en Europa filmando una de sus películas. “Soy el diablo y vengo a hacer el negocio del diablo”, escucharon los presentes cuando un grupo de cuatro personas irrumpió en la casa.
Lo que pasó después quedó reflejado en la tenebrosa escena del crimen con la que se encontraron el sargento Stanley Klorman y su equipo. “Nunca vi algo así”, describió el oficial sobre las satánicas imágenes que dejaron los seguidores de Mason.
La noche siguiente la familia volvió a operar y esta vez las víctimas fueron el empresario Leno LaBianca y su esposa Rosemary, quienes vivían del otro lado de la ciudad. En las paredes, los asesinos escribieron frases como “Cerdos” y “Healter Skelter” (sic) con sangre.
Después de un año de juicio, Mason y tres de sus seguidoras, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten, fueron condenados con pena de muerte aunque las ejecuciones fueron derogadas en California en 1972, por lo que terminaron cumpliendo cadena perpetua.