La inevitable reflexión sobre la seguridad en Tucumán y el accionar de las fuerzas policiales luego de los hechos luctuosos de las últimas semanas donde las víctimas fueron policías, debería ser encarada en un nuevo escenario. A saber: gobernador entrante; diagnóstico real sobre armamento, chalecos... ( División Armamento y equipo); análisis objetivo de los resultados de acciones encaradas, en especial las capacitaciones realizadas. Porque no se duda de que los análisis cotidianos están; pero, como decía Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. ¿Por qué el título? Porque si bien es necesario partir y tener en cuenta la realidad local, cercana, valorarla, considerar las opiniones y expectativas de los protagonistas, es evidente , en este panorama actual de mediocridad en el que los argentinos fluctuamos diariamente en lo que respecta a las acciones de gobierno, que es hora de pedir ayuda. A gente que esté capacitada para esta violencia sin límites que nos arrasa, que haya desplegado conocimientos en realidades acuciantes y peligrosas y que haya obtenido buenos resultados. Es hora de aceptar que la educación es la pata coja de la administración, por lejos. Y si en realidad se pusiese el eje en mejorar los inevitables y fatídicos guarismos recogidos hasta hoy en seguridad, la capacitación desde organismos serios y en serio, ya es inevitable. El gobernador electo debiera recoger el guante y no preocuparse tanto por mantener buenas relaciones políticas en su entorno como por instaurar y mantener una política real y actualizada en materia de seguridad. Que no es incompatible con una gestión inteligente de relaciones en el gobierno local y nacional. Es momento de virar y adecuar las acciones a la realidad. Porque esta semana fue un cortejo fúnebre frente a Casa de gobierno; si no se evidencia trabajo inteligente en la materia no sabemos cuál puede ser el paso siguiente. Las autoridades electas tuvieron la confianza de los tucumanos; es momento de comenzar a responder, no esperar al 29 de octubre.
Hilda Cristina Ponce