¿Quiénes convierten mansos arroyos en ríos salvajes?

Se gastó mucho dinero. No sólo los cientos de pobladores que perdieron sus cosas a los cuales se ayudó medianamente, sino el gigantesco operativo montado para reparar y estudiar la cuenca.

¿Cuánto se gastó en La Madrid para arreglar el desastre provocado por la terrible conjunción de los ríos Marapa y San Francisco en esos fatídicos días de 2017? No se ha dicho claramente. ¿Cuánto de lo que se hizo ha ayudado a reparar el daño o a prevenir daños futuros? No se ha explicitado. ¿Hay responsables de esa emergencia, considerando que antes de 1992 no hubo crecientes tan alarmantes para la ciudad? Se habla por lo bajo, pero nunca se quiso tomar cartas en el asunto ni acusar a nadie, por ejemplo, por violar el régimen de gestión ambiental de aguas (Ley 25.688). Pero se gastó mucho dinero. No sólo los cientos de pobladores que perdieron sus cosas a los cuales se ayudó medianamente, sino el gigantesco operativo montado para reparar y estudiar la cuenca. En ese momento, Tucumán pidió a la Nación 800 millones de pesos sólo para ayudar a La Madrid. Hace seis años.

Cambio no advertido

La Madrid ya se había inundado en 1992, 2000 y 2015. Lo que no se había dicho con suficiente fuerza era que la cuenca entre los ríos Marapa-San Francisco había cambiado a causa del desmonte y de la actividad agrícola. En 30 años desaparecieron 1.000 km2 de bosque nativo, desde esta zona hasta los Altos en Catamarca, donde –se dice- hay tucumanos que cultivan soja semilla. Las aguas empezaron a bajar arrastrando sedimentos y formando cárcavas, cada vez con más velocidad. El río San Francisco era antes casi un arroyo que pasaba por debajo de una alcantarilla de 2 metros y medio en la ruta 334, con rumbo noreste, y ahí se disolvía en un bañado para llegar convertido en arroyito a una alcantarilla de la ruta 157, junto a La Madrid. Pero el desbarajuste de la cuenca hizo que los ríos que alimentan al San Francisco desde Catamarca bajaran ya salvajes y el arroyito se convirtió en otro río salvaje. La alcantarilla sobre la ruta 334 desapareció y en su lugar quedó un cauce de 250 metros de ancho y profundo que se comió la ruta.

Los canales

Antes de 1992, los productores acostumbraban sembrar en los bañados en períodos secos y a tener paciencia con alguna inundación suave del humedal. Después comenzaron a construir canales para desviar el agua, que ya bajaba tumultuosa. Ahí apareció un gran canal de 11 km por el camino de los sauces, que iba desde la ruta 334 directo hacia el norte y desembocaba en el río Marapa. Evitaba que vayan aguas hacia el viejo bañado. Lo llaman el “Canal Sánchez”. Dice la vecina Lidia González de Correa que ese canal “es de la familia Sánchez de Concepción. La señora Matilde González, vecina de Los Sauces, juntó firmas para pedir que no se construya ese canal; fuimos a los medios y al Gobierno. Nadie nos escuchó”. Consecuencia: ese año, 2017, hubo precipitaciones extraordinarias y por el canal Sánchez se descargaron toneladas de sedimentos que llegaron al Marapa, formando una especie de tapón. Días después, otra tormenta generó emergencia en el dique de Escaba (40 km arriba), falló el sistema de alerta –enviaban mensajes por e-mail que nadie leyó-, se abrieron las compuertas y una tromba por el Marapa se llevó puesta la ciudad, rebotó en la cola del embalse Frontal y volvió para dejar inundada La Madrid hasta los techos. “Toda esa agua que llevó un caudal de agua inusual en este río pequeño fue la que engrosó tanto al río Marapa y tapó La Madrid de punta a punta, no quedó casa sin agua. Creo que el único edificio que no tuvo agua fue el hospital; me parece que está en lugar alto”, describió en 2018 un muy indignado obispo José María Rossi.

Se conformó una “Comisión de Emergencia para el tratamiento de la problemática de inundaciones en el sur de la provincia de Tucumán, este de Catamarca y Río Hondo” para tratar y evaluar el problema y las acciones para el futuro. Estaban todos los organismos con jurisdicción en temas hídricos y viales, nacionales y provinciales, secretarías de Estado de la provincia, Unidad Plan Belgrano, tres facultades de la Universidad Nacional de Tucumán, el Ejército y el Orsep (Organismo Regional de Seguridad de Presas).

Buscando al ministro

En los años siguientes, hubo menos lluvia, de modo que en el tiempo pasado podrían haber comenzado importantes tareas para mejorar el pueblo –hasta se habló de trasladarlo- y ofrecer una estrategia ante el cambio de la cuenca. Reforestación, acuerdos para agricultura ambientalmente sustentable, normas más exigentes o cumplibles. En la reunión informal que convocó en la Legislatura hace tres semanas Sisto Terán, secretario de la Unidad Belgrano Norte Grande de la Nación, se vio que algunas pocas cosas se hicieron, pero que también se cayeron otras, como el programa de “Alerta temprana”, Los vecinos reclamaron que el “escudo de protección” en la parte norte de La Madrid que debía construir la empresa Falivene quedó parado por una querella con la Provincia. Lidia de Correa dijo que esa tarde, de hace tres semanas, Sisto Terán les dijo que los dineros para esa obra habían sido desafectados por ese “parate”. Ayer los vecinos de La Madrid trataban de encontrar en la Expo Interior al ministro del Interior, Miguel Acevedo, para pedirle que interviniera en esto, dijo Lidia.

También Sisto Terán habló de un proyecto para rehacer el bañado y hacer un parque de biodiversidad y que podrían aplicarse fondos del Banco Mundial. Dijo que ya hay un registro de 142 productores. Sebastián Malizia, de Proyungas, explicó que ya hay un programa piloto llamado paisaje productivo protegido para trabajar con productores y proteger la naturaleza.

Ya hay equipos trabajando en ese proyecto, que se vincularía con una evaluación del riesgo de inundación y medidas de mitigación que hizo en 2019 la consultora colombiana Ingeniería Técnica y Científica (ITEC) por un programa del BID.

Sin culpas

¿En qué trabajan los equipos? Se trata de hacer términos de referencia (tareas que hay que hacer, los alcances del proyecto) enfocados en la obra prioritaria para empezar a revertir la situación del desgaste de la cuenca. Porque… el canal Sánchez sigue ahí, intacto. “Por ahí va a venir el San Francisco cuando llueva –dice Lidia de Correa-. Y además el Marapa tiene 1,20 m de sedimento. Hemos pedido que manden máquinas dragadoras, pero nos han dicho que tres de la provincia están rotas”.

¿Debieron hacer algo los productores? En la reunión en la Legislatura, Malizia sugirió que, aunque se los puso en la vereda del frente, e incluso cuando son responsables de deforestación y pérdida de hábitat y de sedimentación, “creo que es simplemente porque así veníamos trabajando. El mayor porcentaje de cambio, de uso de suelo, se ha venido realizando con autorización, de manera legal”. Es decir que alguien, de Irrigación o de la Dirección del Agua, o de la repartición que corresponda, habría autorizado a hacer ese gigantesco canal y los otros. Malizia dijo que ni productores ni Estado tuvieron “una visión holística del sistema”.

El legislador José Ricardo Ascarate opina que esos productores tienen poca responsabilidad, porque también fueron afectados por la creciente. Más responsables son, dice, los productores de El Alto en Catamarca, que han nivelado la zona que era de bañados, han borrado los cauces, han puesto pivotes para riego (que son de zonas planas) y el agua ha escurrido por donde se les ha ocurrido”. Dice, con respecto al informe sobre los productores de la zona del canal Sánchez, que se ha pedido en Catastro el estudio de títulos “para que hagamos la restricción de dominio, que impida construir ni vender, si no van a empezar a hacer compraventas de un lado a otro, va a haber especulación inmobiliaria”.

También en la sesión de la Legislatura se analizó que no se hizo el mapa hidrológico de la provincia ni una ley que regule el uso del suelo. Ascárate dice que haría falta una ley “tranqueras adentro”, como hay en Mendoza y san Juan, que exija que los particulares hagan reservorios. Zonas de infiltración “para que el caudal de salida de agua de sus propiedades sea igual que antes cuando había un bosque”.

El ingeniero Eduardo Martel, que estuvo en la coordinación de la comisión, dice que tanto abajo como arriba “hay responsabilidad del Estado. Cuando se hizo la clasificación del suelo el Estado no protegió los bañados”. Y cuenta que se acordó con Catamarca para cambiar las cosas en El Alto. “Hemos visto por imágenes satelitales que usan técnicas de riego contraindicadas como pivotes para regar que se usan en zona plana. Esto preocupaba a Catamarca, porque es gente que alquila las tierras”. El proyecto de cambio quedó para aprobar a nivel de gobernadores y no se ha reactivado.

“Mala praxis”

Entonces, de reclamos legales por daño ambiental, nada. Al revés, tal vez se quiera indemnizar a los productores si se quiere poner bañados de nuevo allí donde hace tres décadas había bañados. Hoy la gente de La Madrid vuelve a moverse tímidamente en busca de ayuda, porque se advierte que, para el próximo verano, se vendrán lluvias fuertes. Al final, el único con presencia pública que los defendió fue el obispo Rossi en 2018: “Si uno va al cerro y tala el bosque es responsable de lo que pase después, sea que le hayan dado autorización oficial o sea que no se la hayan dado”, dijo y pidió al el Poder Ejecutivo que investigue si hubo mala praxis por parte de funcionarios estatales; a la Legislatura que sancione normas correctamente; y a la Justicia, “señalar, juzgar, castigar y hacer pagar” a los responsables de que el pueblo haya quedado bajo el agua. “La ambición tiene un límite, que es el bienestar de los demás”, reprochó. Nadie acusó recibo de sus reclamos.

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