“Nos vamos con una sensación amarga. Estamos para cosas grandes y tenemos equipo para eso. Por detalles no nos pudimos llevar el partido”. Las palabras del tucumano Mateo Carreras en los minutos posteriores a la ajustada derrota a manos de Sudáfrica (22-21) en el cierre del Rugby Championship rezumaban frustración por lo cerca que estuvieron Los Pumas de ganarle a los todavía campeones del mundo en su propia casa, Johannesburgo, que de yapa tiene la dificultad de la altura (1.750 metros sobre el nivel del mar). La escasez de oxígeno frente a una trituradora como los Springboks es un combo letal al que el equipo argentino supo hacerle frente con mucho corazón.
Igual, sabemos que en este nivel con puro coraje no alcanza; también hay que jugar bien al rugby. Y a lo largo de este Championship abreviado que sirvió como precalentamiento para el Mundial que comenzará dentro de 40 días, Los Pumas desplegaron varias virtudes que invitan a ilusionarse con un buen desempeño en Francia.
La primera de ellas es que el seleccionado argentino ha crecido en términos de confianza, y eso se refleja en la expectativa que genera: hoy luce en un estado de forma superior al de Australia (vapuleada ayer por los All Blacks) y ayer fue capaz de mantener a Sudáfrica encerrada en su propio campo durante casi toda la segunda mitad. De hecho, el try de Manie Libbok que terminó definiendo el partido fue de una pelota recuperada tras un error en una jugada de ataque de Los Pumas. Un contragolpe similar al que sucedió dos semanas antes y que casi cuesta el partido contra los Wallabies. Seguramente, el staff encabezado por Michael Cheika habrá tomado nota de ello.
Otra cuestión: está claro que el australiano ya está decidido a que su pareja de medios titular en el Mundial sea la de Gonzalo Bertranou (que ayer entró en el complemento y levantó al equipo) y Santiago Carreras. Este último, si bien no es apertura natural, le ha ido agarrando la mano al puesto y contra Sudáfrica hizo un buen partido, pero ante la ausencia de Emiliano Boffelli (y la no convocatoria de Nicolás Sánchez) debió también estrenarse como pateador, y no le fue del todo bien: los ocho puntos que falló en el segundo tiempo le hubieran dado el triunfo a Los Pumas. De todos modos, la derrota no es culpa de él ni mucho menos. Lo que no deja de extrañar es por qué no se le dan casi minutos de juego a Tomás Albornoz. El apertura formado en Tucumán Rugby es un conductor natural y un pateador efectivo; sin embargo, casi nunca lo ponen. Los 10 minutos que tuvo ayer fueron sólo un cambio temporario porque Carreras se había golpeado la cabeza, pero luego no volvió a entrar. Y eso que en ese ratito que estuvo en cancha, rompió dos tackles y generó una oportunidad clara de try. Albornoz merece una chance concreta en el amistoso contra Sudáfrica del sábado que viene en Vélez, no sólo porque su talento, sino porque tiene virtudes que en el plantel son escasas.
Al margen de todo, una de las mejores noticias que dejaron estos primeros tres partidos del año es la confirmación del enorme presente de Mateo Carreras: el wing tucumano formado en Los Tarcos fue sin dudas el mejor Puma del Championship. Picantísimo en el ataque, generando quiebres y marcando tries (le marcó uno a Australia y otro ayer a los Boks), y en defensa fue un perro de presa que tackleó sin descanso. Sin dudas, una fija en la estructura titular para el Mundial.