El veganismo y el vegetarianismo son, sin dudas, algunos de los regímenes alimentarios que más cambios implican en el estilo de vida de una persona. Sin embargo, existe una opción que implica disminuir la carne en nuestras dietas sin llegar a esos hábitos de consumo: las dietas a base de plantas.
Entre los factores que se consideran al momento de decidir empezar una dieta vegana o vegetariana se encuentran: la economía, la salud, la ética y la compasión y hasta la ecología. Sucede que, en los últimos años, se demostró que la ganadería es una de las actividades que más incrementa la huella de carbono a nivel mundial.
Por eso, para colaborar con la ecología mundial, miles de personas decidieron restringir su consumo de carne. Sin embargo, las dietas a base de plantas son la opción perfecta para bajar la ingesta de productos de origen animal, sin la necesidad de volcarse al veganismo.
Qué es una dieta a base de plantas
Existe una confusión en torno a los conceptos de vegetarianismo, veganismo y dieta a base de plantas. La vida “veggie” -para veganos y vegetarianos- incluye la eliminación total de las carnes de todo tipo de la dieta. El veganismo, además de descartar las carnes, quita de su dieta cualquier producto derivado de animales, tales como leche, miel y huevos.
Según Eufic (European Food Information Council), las dietas basadas en plantas promueven alimentos vegetales saludables como frutas, verduras, granos enteros, frijoles, legumbres, nueces y semillas. A diferencia de las dos anteriores, no necesariamente elimina en su totalidad los derivados de animales, sino que los disminuye.
Cómo tener una dieta sana a base de plantas
Eufic sugiere algunos puntos particulares a tener en cuenta para incorporar este tipo de dietas como nuevo estilo de vida.
● Intercambiar o reducir porciones de carne eligiendo proteínas vegetales como frijoles, legumbres y tofu
● Comer más frutas y verduras, aspirar al menos a 1-2 porciones en cada comida
● Limitar los alimentos y bebidas con alto contenido de grasas, azúcar y sal, tales como patatas fritas, refrescos, chocolate, dulces, pasteles y otros postres
● Elegir granos enteros sobre granos refinados
● Elegir nueces y semillas sin sal
● Utilizar aceites vegetales ricos en grasas insaturadas como aceite de oliva o aceite de colza
● Si se sustituyen o reducen los productos lácteos, utilizar alternativas fortificadas como bebidas de soja fortificadas