Elecciones 2023: una inesperada derrota con el rival menos pensado

Manzur y Jaldo hablan de un duro golpe contra el oficialismo tucumano.

CURIOSO ESCENARIO. La Casa de Gobierno lució prácticamente vacía. LA GACETA/FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI CURIOSO ESCENARIO. La Casa de Gobierno lució prácticamente vacía. LA GACETA/FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI

El horno no estaba para bollos. La derrota fue inesperada. Eso se vio en el rostro del gobernador Juan Manzur y del vicegobernador y mandatario electo, Osvaldo Jaldo. La Casa de Gobierno mostraba su peor imagen, la de un oficialismo con rostro adusto. Quince minutos después de las 21, la dupla gobernante junto con el vicegobernador electo, Miguel Acevedo, salió al Salón Blanco del Palacio de Gobierno para resaltar que fue alto el porcentaje de ciudadanos que fueron a votar en Tucumán. Tibiamente, Manzur presagiaba lo que al final sucedió: Javier Milei se llevó todas las cámaras y condenaba a Unión por la Patria al tercer puesto con miras a las presidenciales del 22 de octubre.

Tras esas breves declaraciones, las autoridades ingresaron el despacho privado nuevamente. Allí se instaló una pantalla gigante en la que se seguía el escrutinio que los fiscales del oficialismo iban enviando. Milei estaba 2.000 votos por encima de la sumatoria de sufragios de los precandidatos presidenciales Sergio Massa y Juan Grabois.

Las caras de incredulidad se percibían entre funcionarios, legisladores y dirigentes provinciales. No hubo fiesta; tampoco festejos. En varios televisores, los presentes seguían el escrutinio y el análisis de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Los popes locales encontraban argumentos para explicar la derrota en la tendencia nacional. El diputado y candidato presidencial libertario ganó en otras provincias gobernadas por el peronismo. No hubo lugar a la autocrítica.

El Partido Justicialista se desmovilizó muy rápido por falta de combustibles. A tal punto que un dirigente ingresó al antedespacho esgrimiendo que la pérdida de votos se debía a la falta de contención y de generosidad con aquellos que convirtieron en gobernador a Jaldo el 11 de junio pasado.

“Perdimos porque no jugamos bien los 90 minutos de este partido. Más aún, creo que entramos a la cancha con mucho menos de 11 jugadores”, comentó otro dirigente que reclamó la falta de tarea proselitista de un amplio espectro de la dirigencia peronista.

Había candidatos que hacían cálculos acerca de lo que podría suceder en la próxima elección si el resultado de este domingo se repetía. Dos bancas para Unión por Todos; otras dos para Fuerza Republicana y los libertarios y una para Juntos por el Cambio. Eso sería desde el punto de vista de la lógica, pero sin tomar en cuenta que el PJ tendrá que remar en dulce de leche con un país en crisis para llegar hasta el próximo turno electoral.

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