Mundial de Rugby Francia 2023: gracias a Los Pumas se sintió más cerca de su patria

Patricia Cejas Manceron es una tucumana residente en La Baule, donde el seleccionado argentino hizo base desde su llegada a Francia.

CON EL “CACHORRO”. Patricia Cejas Manceron junto a su hijo Mateo y Nicolás Sánchez durante la ceremonia de recepción de Los Pumas en La Baule. CON EL “CACHORRO”. Patricia Cejas Manceron junto a su hijo Mateo y Nicolás Sánchez durante la ceremonia de recepción de Los Pumas en La Baule.

La Baule, la pequeña ciudad costera que eligieron Los Pumas para asentar su base durante el Mundial de Francia, vendría a ser como una Mar del Plata a la francesa. Ubicada en el extremo oeste del país, en torno a una bella bahía de aguas tranquilas, es un remanso turístico ideal para escapadas de fin de semana o vacaciones de verano. Y fue justamente esa tranquilidad la que buscaban la tucuman Patricia Cejas Manceron y su familia después de dos años de vivir en Buenos Aires. Cambiar el estruendo y el apuro de la ciudad de la furia por la posibilidad de caminar descalzos sobre la arena, escuchando nada más que el sonido del mar, del viento y de las gaviotas.

Fue precisamente durante una de esas caminatas, en una fría tarde del 1 de enero, que Patricia vio el primer indicio de lo que se avecinaba: banderas argentinas en diferentes puntos de la ciudad. Algo bastante llamativo, dado que hacía apenas dos semanas la Selección le había ganado la final del Mundial de Qatar a Francia. De hecho, ella y su familia habían llegado a La Baule en pleno Mundial, durante el cual las emociones estuvieron divididas en casa.

EN LONDRES. Antoine y Julia posan junto a Agustín Creevy tras una práctica. EN LONDRES. Antoine y Julia posan junto a Agustín Creevy tras una práctica.

“No entendíamos qué pasaba, por qué había tantas banderas argentinas. Después nos enteramos de que una forma de darle la bienvenida al año en que Los Pumas se iban a instalar en la ciudad durante el Mundial de rugby. Por medio del maire (intendente) de La Baule supimos que había programada una serie de eventos para recibir a Los Pumas y honrar a Argentina”, cuenta Patricia, con una tonada en la que se cuelan el inglés, el francés y todas las lenguas que ha tenido que hablar desde 2001, cuando se fue de Argentina.

Trotamundos

Sucede que Patricia es una trotamundos. Egresada como ingeniera eléctrica de la UNT (”tuve una experiencia espectacular en mis estudios, que me ayudó mucho en mi vida profesional”, destaca), su trabajo en Schlumberger -una gran empresa especializada en servicios petroleros- la llevó a vivir en muchos países, como México, Venezuela, EEUU, Brasil, Emiratos Árabes Unidos. Y fue en Angola, en 2005, donde conoció a Antoine Manceron, hoy su marido y padre de sus tres hijos: Thimothée, Mateo y Julia, todos franco-argentinos.

ENTRE GIGANTES. Lizzy Cejas, hermana de Patricia, junto a Lavanini e Imhoff. ENTRE GIGANTES. Lizzy Cejas, hermana de Patricia, junto a Lavanini e Imhoff.

“Cuando supe de los eventos que había en agenda, fui a la intendencia a dejar mis datos para ver si podía conocer gente de Argentina. Me emocioné muchísimo cuando me invitaron a la ceremonia de recepción de Los Pumas, el 1 de septiembre. Lo hicieron en un anfiteatro muy grande, al que asistí con mi hijo Mateo. Fue súper emocionante, se cantó el himno, estaban todos los jugadores. Tuve la posibilidad de charlar con algunos de ellos y de sacarme una foto con Nicolás Sánchez. Tuvimos un pequeño intercambio para desearle mucha suerte”, relata Patricia.

A lo largo del mes que el seleccionado argentino estuvo instalado en el hotel Hermitage, ubicado a 15 minutos a pie de la casa de Patricia, ella se sintió un poco más cerca de su patria. “A veces nos hemos cruzado a los jugadores en los supermercados o por la calle. Me hizo muy feliz esto, me sentí más cerca de Argentina”, reconoce Patricia, que cumplió años hace algunos días y tuvo la visita de su hermana Lizzy Cejas, quien también pudo interactuar con algunos Pumas, como Tomás Lavanini y Juan Imhoff. “Uno me dijo: ‘vení, sacate una selfie’. Son re piolas. Y enormes”, certifica Lizzy.

Eso sí, a pesar de que Los Pumas jugaron dos partidos en Nantes (a menos de una hora de distancia en auto), Patricia no pudo darse el gusto de ir y debió conformarse con verlos desde su casa. “Me quedé mal porque no saqué las entradas con la debida anticipación, ya no quedaba nada. Pero estoy tratando de conseguir para el próximo partido. Veremos si tenemos suerte esta vez”.

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