Teatro tucumano: una historia de amor y desamor sin rótulos

“Profundo y rosa”, la obra de Gonzalo Véliz, se repone en CiTá con Matías Rotger y Emi Murga.

Teatro tucumano: una historia de amor y desamor sin rótulos

Se encuentran, se vinculan, se aman y se pelean. Son Mariano y Ramiro, pero “podrían ser también Carla y Sofía o Lucas y Sandra, ya que el amor (y por consiguiente el desamor) existe y existirá en cualquier contexto, en cualquier tiempo y en cualquier genero. No importa quien gobierna, si hay la crisis económica o pandemia, si llega una invasión extraterrestre o lo que pase”, afirma Matías Rotger, protagonista de “Profundo y rosa”.

La obra escrita y dirigida por Gonzalo Véliz y con la actuaciones de Rotger y Emiliano Murga, se repondrá a las 21.30, en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457) en formato café concert. Matías estuvo en la primera versión estrenada hace ocho años y es el interlocutor de LA GACETA.

- ¿Cómo es volver con esta obra?

- Hace tiempo que tenía ganas de volver a hacerla, por todo lo que significó y me ayudó en su momento tanto a nivel personal como en lo actoral, ya que hace ocho años fue mi primera obra teatral en cartelera, fuera de un taller y a partir de ahí no dejé de actuar. Volver es como recordar los viejos tiempos, los inicios, la primera emoción grande de subirme a un escenario. Haciendo una analogía con el amor (tema central de la obra), es como recordar tu primer beso enamorado. Necesitaba conectarme nuevamente con ese actor lleno de ilusiones y miedos y ponerme a prueba en este personaje cargado de frescura con mayor experiencia y madurez. Siempre sentí que este texto daba para mucho más, la gente la disfrutaba mucho al igual que nosotros. Si no volvíamos ahora, quizás más adelante hubiese sido demasiado tarde, porque ya estoy más grande. En definitiva, es reconectarme con todas las razones que tengo y que me impulsan a seguir haciendo esto que tanto amo.

- ¿Qué pasó socialmente entre el estreno y esta reposición?

- Muchas cosas: distintos gobiernos, crisis económica, inflación, una pandemia que afectó drásticamente al teatro, al que aún hoy le está costando volver a atraer el interés de las personas, aunque afortunadamente con algunas excepciones que impulsan el crecimiento como lo teníamos antes de 2020. Para “Profundo y rosa”, la recepción actual fue muy similar a la de la primera vez. Tiene que ver con la historia que se cuenta, de lo que se habla, que es el amor y el desamor de dos personas, lo que nos interpela a todxs lxs que alguna vez nos enamoramos. El amor no tiene rótulos, no importa si sos hombre o mujer, gay o hetero, es el mismo. Hoy lo entendemos más por suerte ya que hace 13 años venimos adquiriendo derechos como sociedad que permiten justamente dejar de hacer la distinción entre una clase de amor y otra.

- ¿Por qué les interesa hacerla en el actual contexto?

- Se hace más difícil hacer teatro bajo este contexto inflacionario y de incertidumbre. Pero no por eso quisimos dejar pasar la oportunidad de reponerla porque mostrar una historia entre dos hombres no tiene la misma significancia que hace tiempo atrás. Para nosotros es una historia de amor igual a cualquier otra, pero somos conscientes de que hay que seguir derribando prejuicios, aun habiendo avanzado en muchos aspectos como sociedad. Todos sentimos mas o menos lo mismo cuando estamos enamorados o sufrimos por amor. Ahí está la diferencia y el aporte que hacemos y nos interesa.

- ¿Sienten que los avances logrados en cuestiones de género durante estos años están en riesgo?

- Todavía hay mucho por avanzar; lamentablemente aún existen personas que no entienden que la sexualidad, los gustos, las decisiones personales son muchas y diversas, de todos los colores. Tengo una mirada positiva y creo que no están en riesgo siempre y cuando sigamos tirando para el mismo lado. Hoy hay una generación de chicos y chicas que están creciendo y entendiendo todo y confío en que serán ellos quienes sostendrán que esto siga avanzando y que año tras año vivamos en una sociedad donde ya no nos preguntemos ni alarmemos sobre las sexualidad o identidad de género de las personas.

- ¿Hubo cambios respecto de la primera versión, más allá de tu partener?

- Quisimos conservar la esencia de la obra, por lo tanto no hicimos grandes cambios. Por supuesto que al cambiar uno de los actores cualquier obra de teatro se renueva, porque aporta siempre algo al personaje y eso que se aporta modifica y transforma al resto. Surgieron nuevos diálogos y acciones no solo por la incorporación de Emi sino también por el paso de los años.

- En tus respuestas se filtra una preocupación por la situación...

- En la provincia y en el país entero estamos atravesando una situación bastante delicada, y esto repercute lamentablemente en el respeto entre nosotros. Pero quiero creer que tiene que ver con este miedo generalizado o la incertidumbre económica actual en la que vivimos. Por eso creo que es tan importante y hay que saber valorar estos espacios de recreación, donde uno va y disfruta una obra de teatro, se divierte, ríe, se emociona y conecta con otra cosa, con los sentimientos, la historia personal de cada uno, y deja atrás por un momento los problemas o la falta de respeto que hoy vivimos día a día. El arte, la música, el teatro, el cine, la gastronomía, el deporte son cosas que ayudan y mucho para que vivamos en una sociedad en paz y nos respetemos entre todos.

UN VÍNCULO HUMANO. Matías Rotger y Emi Murga protagonizan “Profundo y rosa”, la obra de Gonzalo Véliz que vuelve a escena tras ocho años. UN VÍNCULO HUMANO. Matías Rotger y Emi Murga protagonizan “Profundo y rosa”, la obra de Gonzalo Véliz que vuelve a escena tras ocho años.

El Círculo de la Prensa

Gringo Maccarini y Elo Martínez Romero vuelven esta noche a componer a Clotilde y a Emma, dos hermanas sexagenarias que viven encerradas en una casa desvencijada, aisladas de un exterior amenazante donde ocurren extraños sucesos, hay mutaciones y se desarrollan signos de animalidad entre la población. Para salir a la calle, se disfrazan de pordioseras para no develar su status económico. Sus cuerpos están en un proceso de transformación. Sus sueños de libertad están puestos en la llegada de una tormenta, aunque el arribo de un viejo amigo de la universidad las pone en alerta y potencia los discursos antagónicos entre la revolución de los 70 y el conservadurismo burgués. Sobre ello gira “Siempre lloverá en algún lugar”, el texto del tucumano Manuel Maccarini que se repondrá a las 22, en la sala Julio Ardiles Gray de El Círculo de la Prensa (Mendoza 240), con la dirección de Indio Armanini.

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Sociedad Sirio Libanesa

En su obra “El oso”, el dramaturgo ruso Antón Chejov relató la historia de la joven viuda Elena Popova, cuyo compromiso de fidelidad a su marido muerto se mantiene incólume, al punto de no salir nunca de su casa y vivir solamente acompañada por su devoto criado Lucas. Su vida rutinaria y desapasionada se altera cuando intempestivamente llega el exmilitar Gregorio Smirnov, para reclamarse con firmeza una deuda pendiente que tenía su difunto esposo con él y que le permitirá recomponerse económicamente ya que está en quiebra. Pero Elena niega todo y comienza una fuerte discusión que tendrá una derivación imprevista. A partir de esta historia, Viky Robledo construyó “Todo por una deuda”, su versión libre que subirá a escena esta noche, desde las 22 en la Sociedad Sirio Libanesa (Maipú 575), con las actuaciones de Marcelo Escala, Marcelo Nonasco y la propia Robledo, quien además asume la dirección.

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