21 Noviembre 2023
En la rica trama de la historia política argentina, las mascotas presidenciales dejaron su propia marca, tan curiosa como las figuras humanas que lideraron el país.
En tiempos recientes, las redes sociales llevaron a los perros presidenciales a la fama, pero su conexión con la historia política viene de lejos. Estos leales compañeros fueron más que simples acompañantes, siendo testigos silenciosos de momentos cruciales en la historia de los presidentes.
Los perritos "Bandidos" de Perón y Evita
La crónica arranca con Juan Domingo Perón, un líder que desafió la frialdad del poder con el calor incondicional de sus caniches: Tinolita, Monito, Negrita y Canela. En su exilio en Madrid, en 1969, Perón compartía su vida con estos "perritos bandidos". Bruno Passarelli, en su obra "El Tango, los Perros, Gardel y Perón", ofrece una visión conmovedora de cómo estos caniches formaron parte integral de la cotidianidad del líder, reemplazando roles familiares y ofreciendo una ternura sin límites.
Su amor por los animales, inmortalizado en fotos junto a Evita, arroja luz sobre la humanidad detrás del líder.
El vínculo entre Perón y sus perros no era simplemente un capricho; trascendía a la esfera política. La Ley de Protección Animal (14.346) de 1954, impulsada por él, destacaba su compromiso con el bienestar animal, siendo un hito pionero en América Latina.
La particular historia de los perros de Illia
En el periodo presidencial de Arturo Illia (1963-1966), la familia presidencial compartía su hogar en la Quinta de Olivos con dos entrañables compañeros caninos: Odradek, un galgo ocre de rayas negras con cautivadores ojos amarillos, y Mandinga. Estos fieles amigos fueron testigos y participantes de un episodio inolvidable durante la boda de Emma Silvia, la hija de Illia.
En la celebración nupcial, el entorno de la Quinta de Olivos se transformó en un escenario mágico, con el estanque adornado por cisnes del zoológico nacional, un toque especial ideado por los novios, quienes lograron conseguir estas elegantes aves a través de un contacto personal de Emma.
Sin embargo, la solemnidad del momento se vio interrumpida por un repentino grito de alarma: Mandinga, uno de los perros de la familia, estaba saboreando de manera poco convencional las aves que decoraban el estanque. Ante esta inesperada situación, el can fue rápidamente atado y los cisnes, retirados del estanque para preservar la integridad de la decoración nupcial. Un pequeño incidente que añadió un toque inolvidable a la historia de la Quinta de Olivos durante la gestión de Illia.
Del caballo de Alfonsín a la jauria de Menem
En su obra "Olivos, historia secreta de la quinta presidencial. La intimidad jamás contada de la política argentina (2017)", la periodista Soledad Vallejos nos transporta al fascinante mundo de las "vidas animales" en la residencia presidencial. Entre las curiosidades, se relata que Raúl Alfonsín tuvo incluso un Falabella, un caballo de diminuto tamaño que recibió como regalo, aunque no era un gran entusiasta de esta peculiar mascota.
No obstante, ninguna narrativa resulta tan extravagante como la de los animales que acompañaron al dos veces presidente Carlos Menem durante su estancia en Olivos. Al llegar, Menem llevó consigo dos pastores ingleses y los dos grandes daneses de su hijo Carlos Junior. Lo que comenzó con esta modesta compañía canina pronto se transformó en algo asombroso, ¡alcanzando la impresionante cifra de dos decenas de perros! Menem amplió su colección con razas como shar peis, malteses y otros de menor tamaño. Además, recibió regalos notablemente peculiares, como un shar pei de Xuxa y otro obsequiado por el legendario Maradona. Estos canes, algunos de los cuales deambulaban libremente mientras otros ocupaban caniles, compartían espacio con otras especies, desde un pony hasta caballos, un mirlo, gallinas, carpas, patos belgas e incluso un papagayo.
Alex, el bóxer de Néstor Kirchner
Néstor Kirchner, otro líder con una profunda conexión con sus mascotas, tuvo a Alex, un bóxer, como fiel compañero en la Casa de Río Gallegos.
La mudanza a la Quinta de Olivos y la posterior sepultura de Alex en los jardines de la residencia presidencial.
"Mi perro Alex está enterrado en Olivos", confesó Cristina Fernández en una entrevista con Chiche Gelblung. Poco se supo de la vida Alex, lo único que trascendió es que fue el mimado de Néstor y lo acompañaba a todos lados.
Simón, Cleopatra y Lolita: los amores de Cristina
En noviembre de 2013, Cristina Fernández de Kirchner presentó en público a Simón, un regalo especial del hermano del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. Este perro de raza mucuchíes llevó ese nombre en homenaje a Simón Bolívar. La presentación marcó un momento significativo, siendo la primera aparición pública de la mandataria después de enfrentar una operación que la mantuvo en licencia médica durante cinco semanas. En este momento, vistiendo una camisa blanca, rompió el luto que había llevado por la muerte de Néstor Kirchner.
Simón no está solo en la historia de Cristina Fernández. Antes de él, estuvo Alex, seguido por Cleopatra, una mini caniche toy que compartió años con la Jefa de Estado en la Quinta de Olivos hasta su fallecimiento. La pérdida de Cleopatra conmovió profundamente a Cristina, reviviendo uno de los momentos más difíciles de su vida, como relató en su libro "Sinceramente". Máximo, su hijo, notó su dolor y organizó la llegada de una nueva compañera. Así, Lolita, una caniche mini toy de características similares, llegó a Olivos esa misma noche y es su compañera desde entonces.
Aunque Cristina no comparte fotos de sus perros con tanta frecuencia en redes sociales, en el pasado lo hizo con la esperanza de que sus seguidores vieran cómo crecían. En total, tiene seis compañeros caninos: Martita, Rosita, Lolita, Kila, Vito y Simón. Todos ellos hoy viven en su casa del Calafate.
La pasión de la vicepresidenta por los perros es tan profunda que en diciembre de 2014 anunció una medida que reflejaba su amor por estos animales. A partir del 15 de enero de 2015, en todos los vuelos de cabotaje de Aerolíneas Argentinas y Austral, los pasajeros podrían embarcar a sus mascotas, ya sean gatos o perros pequeños, en las cabinas de los aviones.
Balcarce, el compañero de Mauricio Macri que duró poco
En la campaña presidencial de Mauricio Macri, Balcarce, un mestizo, se convirtió en una sensación. Las tiernas fotos del cachorro en la Casa Rosada y, más tarde, en el sillón presidencial, generaron simpatía entre los seguidores del entonces candidato.
Balcarce fue adoptado de un refugio de perros de Castelar por los dirigentes del PRO meses antes de que Macri asumiera la presidencia.
Balcarce compartió un corto período con la familia Macri antes de encontrar un hogar definitivo bajo el cuidado de Agustina Bonnecarrere, quien era la responsable de la producción multimedia en las redes sociales presidenciales.
Dylan, el collie de Alberto Fernández
El perro de Alberto Fernández bautizado Dylan en honor al prestigioso compositor norteamericano Bob Dylan- es una estrella consagrada de las redes sociales.
Su vida en la Quinta de Olivos, su vínculo con el presidente y su interacción con el público fueron minuciosamente mostrados en redes sociales. Hoy su cuenta de Instagram cuenta con más de 200.000 seguidores.
En los casi cuatro años del gobierno de Fernández, Dylan presentó a tres de sus hijos: Prócer, Blue y Kaila.
Los perros de Javier Milei: entre la economía y la Clonación
Los perros de Javier Milei son parte integral de su vida. Los nombró en su discurso tras el inesperado triunfo en las PASO 2023, refiriéndose a ellos como "esa parte de la familia que a uno le da contención".
Los perros se llaman Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas.
Los nombres de los perros de Milei provienen de reconocidos economistas. Milton Friedman, Murray Rothbard y Robert Lucas, a modo de ejemplo, son economistas que han influenciado fuertemente el pensamiento del candidato por La Libertad Avanza.
La raza de estos perros es el mastín inglés. Esta raza es conocida por su tamaño imponente y su naturaleza leal y protectora. Los mastines ingleses son perros cariñosos y tranquilos con sus dueños, pero pueden ser reservados con los extraños.
El primero que mencionó Milei fue a Conan, quien falleció a finales de 2017. La pérdida de Conan fue un golpe duro para el economista, lo que lo llevó a buscar una forma de mantener viva su memoria. Tras el fallecimiento de Conan, el economista tomó la decisión de clonar a su querido animal en una búsqueda de mantener viva su memoria. Buscó un laboratorio en Estados Unidos especializado en clonación, entendiendo este proceso como "una forma de acercarse a la eternidad". Así aparecieron sus cuatro "nietitos", cómo los llama él, que llevan los nombres de reconocidos economistas.
El economista liberal los presentó en público en varias ocasiones y dijo que están sanos y felices, por lo que muchos se preguntan si próximamente irán a vivir junto a él y a Fátima en la Quinta de Olivos.
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