Por estos días sólo ríen las hienas. Ansiosas, nerviosas, pero ríen. Aquellas que gustan llamarse “personas de bien”. Se regodean los que ahora “se encomiendan a las fuerzas del cielo” para apropiarse del patrimonio que es nuestro. Soberanía. Democracia. República. Tierras, Empresas. Salarios, derechos y sueños, de los trabajadores y los desposeídos de Argentina. Percibiéndose elegidos por su condición de enriquecidos, como en el relato antojadizo del antiguo testamento, guía su codicia la omnipotencia de un creador sanguinario y vengativo, iracundo y castigador. Debe hacerse lo que ellos quieren, o recibiremos una merecida catástrofe de proporciones bíblicas. Sacralizado el mercado en el altar del individualismo, ya no hace falta el Dios del amor, ni la misericordia, padre de un Jesús nacido en pesebre de pobres. Para qué sirve la cruz de su pasión, si sobran muros para fingir lamentos. Estas hienas se mofan de los que ofrendaron sus vidas por la libertad y la independencia. Por la Constitución Nacional y la República. Desprecian a los que dieron todo por la soberanía popular y la justicia social. No les alcanzó con bombardear, fusilar y proscribir, ni con el genocidio de 30.000 argentinos ¿Cómo podrían ahora contentarse con perseguir y demonizar al peronismo o gatillar la cabeza de una líder política, querida y consecuente? Que se rían ellos, los odiadores y se desencanten de a poco los humildes, los desorientados y se arrepienta la clase media cuando le duela en sus bolsillos, todos por votar la tiranía insaciable del poder económico. Mientras ellos prometen 40 años de sufrimientos por el desierto, como a los judíos, y arrasan nuestra tierra, como a los palestinos, nosotros tenemos que guarecernos en los afectos cercanos, en la identidad compartida con amigos y compañeros. Fortalecer nuestra organización movimientista y plural. Definir una nítida propuesta de desarrollo con justicia social, soberana e independiente. Sin ambigüedades ni concesiones. Sin complejos ni traiciones. Porque tenemos el deber de resistir y vencer junto a todos los que compartimos un ADN humanista y solidario.
Miguel Camel Nacul
miguelcamelnacul@hotmail.com

















