"Coparticipación, recalculando": la dura carta abierta de Yedlin a Milei

El diputado nacional tucumano por Unión por la Patria compartió un escrito donde expone su preocupación sobre las políticas de ajuste del Gobierno.

Coparticipación, recalculando: la dura carta abierta de Yedlin a Milei
13 Febrero 2024

El diputado nacional tucumano por Unión por la Patria, Pablo Yedlin, publicó una carta abierta titulada "Coparticipación, recalculando", donde expresó una serie de preocupaciones y críticas hacia las políticas implementadas por el Gobierno de Javier Milei.

En su extenso escrito, Yedlin comenzó expresando su convicción de que tanto él como los ciudadanos comparten un amor por Argentina, aunque reconoce discrepancias fundamentales con las decisiones y planteamientos del Presidente de la Nación. Como señala en su carta: "Escribo estas líneas, convencido de que vos amas Argentina tanto como yo."

El diputado tucumano cuestionó la "visión simplista" del presidente Milei, que reduce los problemas del país a la inflación y el déficit fiscal. Señala que esta visión no considera otros desafíos importantes, como la restricción externa de dólares y la necesidad de realizar inversiones significativas en infraestructura. "Supongamos que coincidimos con el diagnóstico del gobierno de Milei y creemos que el único problema que la Argentina tiene es la inflación y que la única solución a ese problema es el déficit fiscal", indicó.

Además, Yedlin criticó las medidas que afectan a sectores como la Educación y la Salud, denunciando la reducción de fondos y la falta de inversión en infraestructura escolar y en el sistema de salud pública. Como expresa en su carta: "La Educación – tan apelada en los discursos de campaña como la garante de un futuro venturoso- tampoco mejorará con la inversión privada."

En cuanto a las propuestas de solución, el diputado sugiere la implementación de una ley que haga todos los impuestos coparticipables y la reformulación de la Ley de Coparticipación Federal para garantizar una distribución equitativa de los recursos entre la Nación y las provincias. En sus propias palabras: "Argentina podría definir en el marco de esta disputa generar una ley en el Congreso nacional para que todos los impuestos sean coparticipables."

Finalmente, Yedlin concluyó su carta argumentando que alcanzar el equilibrio fiscal no debería ser la única meta del Gobierno, instando a Javier Milei a considerar la importancia de abordar integralmente los desafíos que enfrenta Argentina para lograr un desarrollo sostenible y equitativo. Como cierra su carta: "Esperemos que el Presidente lo entienda."

La carta del diputado, Pablo Yedlin

Escribo estas líneas, convencido de que vos amas Argentina tanto como yo. Seguro también que compartimos muchas potencialidades, pero también, muchos problemas a resolver para vivir mejor. No coincido en casi nada con el Presidente de la Nación, y aunque mi voluntad es no ser “un palo en la rueda”, me cuesta encontrar razonabilidad a la propuesta de gobierno.

Supongamos que coincidimos con el diagnóstico del gobierno de Milei y creemos que el único problema que la Argentina tiene es la inflación y que la única solución a ese problema es el déficit fiscal. Este razonamiento, en el presidente Milei, viene acompañado de la creencia de que el déficit es producto de un gasto exagerado de los gobiernos nacional, provinciales y municipales.

Por lo tanto, la solución es bajar el Gasto cueste lo que cueste, así reducir el déficit y, en consecuencia, bajar la inflación.

Eso lleva a entender que, licuando sueldos y jubilaciones (¿eran estos los gastos excesivos?)  con una mega devaluación del 120%, una ráfaga inflacionaria del 60% en tres meses y una reconducción bestial del Presupuesto 2023, el equilibrio fiscal se alcanzará.

Si a esto le sumamos que la ideología liberal anarquista de Milei les hace creer que solo “desregulando” la economía, “sacándole el pie de arriba a los empresarios” y disminuyendo el rol del Estado protector -en Salud, Educación, Asistencia social, Vivienda, Ciencia y Cultura- la actividad económica se recuperará.

Vamos por parte. Si bien el déficit fiscal es un problema en la economía argentina, no es el único a resolver. Por un lado, la restricción externa de dólares es un dilema grave para nuestra economía y debe ser abordado. El superávit fiscal debe acompañarse de superávit comercial, para lo cual hay que estimular las exportaciones, sobre todo las de valor agregado, en particular las industriales, ya que tenemos que lograr que la tonelada exportada valga más.

Tampoco es menor el problema del desarrollo, con la necesidad que tiene la Argentina en general y las provincias en particular de grandes inversiones pendientes en infraestructura, autopistas, ferrocarriles, obras de saneamiento, obras en energía y conectividad. Esperar que el sector privado, por decisión propia, invierta en estos rubros sería una ingenuidad.

La Educación – tan apelada en los discursos de campaña como la garante de un futuro venturoso- tampoco mejorará con la inversión privada. La quita de subsidios del Fondo de Incentivo Docente, el freno al desarrollo en infraestructura escolar, la licuación y congelamiento de los salarios docentes, no son prometedores. Lo mismo la decisión de sostener el presupuesto para las universidades y el Conicet sin evaluar la pérdida real.  

La Salud es un derecho constitucional y supraconstitucional. El Estado debe garantizar el acceso a la atención, a los medicamentos, a los diagnósticos y a los tratamientos de toda la población. Si el presidente Milei ha decidido que el sistema de obras sociales y prepagas será sólo para un grupo minoritario de la población – o sea aquellos con trabajo registrado y los pocos que puedan pagarlas- entonces el Estado deberá garantizar la disponibilidad de un sistema público de Salud sin costo para el usuario en el lugar de atención. Hoy eso no sucede.

La confrontación con las Provincias, con todas ellas, por los fondos coparticipables es otro error. La recaudación impositiva, se producen en las Provincias, dado que toda la población vive en alguno de esos distritos. La “Nación” es la que no genera impuestos, nadie vive en “la Nación”. Y, aun así, muchos ingresos generados por impuestos no se coparticipan. Por ejemplo, “las retenciones”, el impuesto a “los cheques”, el impuesto a los combustibles líquidos, etc, todos esos recursos los dispone la Nación, que hoy ha decidido no realizar Obra pública, invertir en Educación, en Salud, en Viviendas.  

Argentina podría definir en el marco de esta disputa generar una ley en el Congreso nacional para que todos los impuestos sean coparticipables. Repito todos. Además, una nueva Ley de Coparticipación Federal, que el Congreso de la Nación no ha sancionado desde la manda constitucional de 1994, podría dejar sin cambios la distribución secundaria, es decir qué porcentaje le toca a cada Provincia, pero si modificar la distribución primaria 60% para las Provincias, 40% para la Nación, o 70% y 30%, por ejemplo.

Eso pondría fin al intento de “fundir” a las Provincias del Presidente, y llevaría los recursos a donde deben estar para generar los cambios que la ciudadanía solicita.

Llegar al equilibrio fiscal como única meta es una meta muy pobre. Más para un país como el nuestro. Esperemos que el Presidente lo entienda.

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