Una tucumana, ex “Leona”, juega en Europa y viste los colores de la selección italiana

Camila Machín fue campeona sudamericana con Argentina, desde 2022 viste los colores de la “azzurra” y se ilusiona con volver a jugar en el Jockey Club. “Me encantaría porque ahí están mis amigas”, dijo.

DE AZZURRA. Machín, durante el Europeo que disputó representando a Italia. DE AZZURRA. Machín, durante el Europeo que disputó representando a Italia. Foto: Gentileza Camila Machín

Muchas veces representar a un país que no es el de nacimiento puede ser una decisión compleja para un deportista; sobre todo emocionalmente. Sin embargo, también representa un paso adelante en lo deportivo. Para Camila Machín, tucumana que desde hace tres años actúa en el hockey europeo, ese dilema se hizo presente y no se hizo mucho drama. En 2022, decidió aceptar la posibilidad de jugar para la selección de Italia.

“Me convocaron cuando estaba jugando en Barcelona, y después de pensarlo y comentarlo con mi familia, decidí aceptar”, contó, en diálogo con LA GACETA, la jugadora surgida en el Jockey Club tucumano desde un lugar bastante alejado de Argentina: Ranchi, India, en donde disputó el Pre Olímpico con la camiseta de la “azzurra” (el equipo culminó en el séptimo puesto y no pudo clasificar a los Juegos Olímpicos de París).

Lejos de ser un seleccionado de primer nivel, Italia es un equipo sin demasiada tradición en el hockey sobre césped; al menos a nivel selección. Por eso, desde hace varios años apuesta fuerte a la nacionalización de jugadoras extranjeras. Y en esa línea, hay mucha presencia argentina. “Somos varias”, afirmó Camila.

De esa manera Italia logró volver a un Mundial en 2018 (el segundo de su historia), y jugar los dos últimos campeonatos europeos. En la última edición, en 2023, Machín estuvo presente en el plantel.

Su historia con el hockey comenzó, obviamente, varios años atrás en su Tucumán natal. “Mis padres me llevaron cuando tenía aproximadamente 7 años al Jockey Club, y fue ahí cuando me enamoré del deporte y del club. Desde que comencé, y hasta que me vine para acá, ellos y mi abuela me siguieron en cada torneo que jugué. Creo que es lo que más extraño cuando juego acá en Europa, tener cerca, al costado de la cancha, a mis seres queridos; también a mi novio Lucas, que es muy importante para mí”, expresó con la emoción a flor de piel.

Por supuesto, su larga etapa en el club de Yerba Buena fue clave para su formación deportiva, pero también personal. “Fue en el club en donde conocí a mis mejores amigas; en donde crecí y aprendí mucho de lo que hoy soy como jugadora. Tuve excelentes entrenadores y preparadores físicos que me ayudaron a llegar a donde hoy estoy. Tuve un preparador físico en particular que prácticamente me formó como atleta y es Jonathan Gaudino. No soy una persona que disfrute mucho la preparación física y él lo hizo siempre ameno y con un aliento constante. Le estoy muy agradecida”, señaló.

Con apenas 18 años, Machín tuvo una primera experiencia en Europa en 2013, cuando pasó por Taburiente de Islas Canarias, en España. Pero fue una experiencia corta y, después de algunos meses, volvió a su Jockey natal. Vistiendo los colores bordó y blanco (y también los del seleccionado tucumano) la defensora llegó a integrar el Seleccionado nacional. Incluso, fue parte del plantel de Las Leonas que se consagró campeón de los Juegos Odesur de Cochabamba, en 2018. “Fue una experiencia inolvidable para mí. Es algo que llevo conmigo siempre; tengo recuerdos muy lindos de ese torneo. En sí, todo el proceso con las Leonas fue tremendo, aprendí muchísimo”, recordó.

Sin embargo, con la salida del DT Agustín Corradini y el regreso de Carlos “Chapa” Retegui, no volvió a ser considerada para el equipo.

Una tucumana, ex “Leona”, juega en Europa y viste los colores de la selección italiana Foto: Gentileza Camila Machín

Después de varios años en Tucumán, le llegó una nueva chance en Europa. Pasó en 2021 por el Real Club Polo de Barcelona y luego se mudó a Bélgica para vestir los colores del Royal Victory, su club actual, ubicado en la localidad de Edegem, en Amberes. La adaptación, reconoció, fue un desafío, más que nada en el país donde juega actualmente. “En Bélgica se hablan tres idiomas, y tenés que manejarte con el inglés. El clima me costó un montón porque es muy, muy frío; y llueve mucho. Se cena muy temprano, cerca de las 18, la gente se mueve muchísimo en bicicleta… son costumbres totalmente diferentes a las nuestras. Pero con el paso del tiempo logré acostumbrarme y hasta llegaron a gustarme algunas, como ir en bici a todos lados”, relató entre risas la jugadora que, durante su paso por España, tuvo la dicha de conocer a Lionel Messi. “Escuché que había posibilidades de verlo en un lugar, así que un día fui y tuve la suerte de encontrarlo. Le pedí una foto y me contestó que sí, con toda la onda del mundo. Estuve con una sonrisa todo el día”, confesó.

Así como las costumbres son diferentes, también lo es el deporte en el día a día. “El hockey aquí es profesional y eso cambia el deporte. Te exige de manera diferente porque es una profesión 24/7. Se juega en cancha de agua siempre, y eso también cambia al jugador; sobre todo si venís de jugar en cancha de arena. Después de eso creo que ambos lugares tienen sus cosas buenas. En Argentina el deporte se vive con muchísima pasión, y eso no se encuentra en todos lados”, analizó Camila.

El presente deportivo con su club no es el ideal, algo que buscará cambiar en el corto plazo. “Terminamos una temporada regular y comenzamos la nueva con varios altibajos. Ahora nos tocará ajustar y comenzar a buscar más resultados para subir posiciones en la tabla”, sostuvo. Y aunque no logró la clasificación a los Juegos Olímpicos y en el Campeonato Europeo, haber sumado rodaje con la selección italiana fue una buena noticia. “Sumé partidos internacionales y eso me hizo muy feliz”, sentenció.

Cómoda, por ahora, en el hockey europeo, la estudiante de ingeniería civil en la UNT, asegura que le gustaría tener un nuevo paso por el Jockey. “Hasta hace tres años, que seguía jugando en mi club, tenía las mismas aspiraciones de dejarlo lo más alto posible. Tuvimos momentos no tan buenos y baches en los que los resultados no se daban pero siempre me quedo con los recuerdos lindos y que hicieron historia. No tengo muy definido aún, pero obvio que volvería. Me encantaría volver a jugar con la camiseta de mi club y con mis amigas”, remató.

Ahora, Camila se plantea dos objetivos que pueden parecer sencillos, pero que son el motor de un deportista. “Apunto a tratar de mejorar y de seguir haciendo lo que me haga feliz. Nada más”.

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