El investigador francés Michel Talagrand fue el galardonado, este miércoles, con el Premio Abel, considerado como el “Nobel” de Matemáticas. Se trata de un reconocimiento que es otorgado por la Academia Noruega de Ciencias y Letras, compuesta por cinco matemáticos reconocidos y que le entrega al ganador cerca de 660.000 euros.
El francés, de 72 años, se comenzó a interesar por los problemas matemáticos gracias a su padre, quien era profesor en esta área. Le explicaba durante horas los enigmas numéricos con el objetivo de que Talagrand entendiera cuál era la probabilidad de quedarse ciego, pues, desde pequeño y por un trastorno genético, había perdido su visión en el ojo derecho. El izquierdo, por su parte, había sufrido un desprendimiento de retina.
Desde entonces y por la influencia de su padre, empezó una fascinación por los números y las matemáticas. De acuerdo con la academia, su reconocimiento se debe a que ha “revolucionado la comprensión profunda de los fenómenos aleatorios y la teoría de la probabilidad y la estadística”.
Un ejemplo clásico dice que, si se tira una moneda al aire 1.000 veces, habrá un 99,7% de probabilidades de que salga cara en más de 450 lanzamientos, pero menos de 550. La probabilidad de que salga cara más de 600 veces es de millonésimas de un 1%. Talagrand, que trabajaba en París en el Centro Nacional para la Investigación Científica, iluminó ese fenómeno, denominado concentración de la medida.