Sava acertó el planteo y Atlético se sacó la mufa

"Colorado" no se guardó nada y su equipo sacó a relucir la diferencia de categoría. La goleada debe servirle de envión en lo emocional

Atlético Tucumán goleó 4-0 a Defensores de Belgrano. Atlético Tucumán goleó 4-0 a Defensores de Belgrano. Matías Nápoli Escalero - Enviado especial para LA GACETA.

Atlético y Facundo Sava sorprendieron a todos porque no hubo ni un cambio en relación al 2-2 contra Independiente Rivadavia. El partido con Defensores de Belgrano ni por asomo fue un banco de pruebas para “Colorado”. La necesidad imperiosa de lograr el primer triunfo del año para levantar el ánimo grupal pesó más; y el DT no se guardó nada.

Lo de Carlos Mayor era de esperarse. ¿Para qué cambiar algo que funcionaba tan bien? El líder de la zona B de la Primera Nacional también repitió el equipo que venía de golear a Chacarita a domicilio. Es que la posibilidad de llegar a 16vos de final estaba latente para el “dragón”. El equipo del ascenso, se paró con un 4-1-4-1 que demostró respeto, y el equipo de Sava lo aprovechó.

El “decano” fue bastante más ofensivo que ante la “lepra” mendocina. El esquema elegido por los tucumanos fue el 4-1-3-2, con Guillermo Acosta jugando muy cerca de los centrales, en tanto que Renzo Tesuri, Adrián Sánchez y Justo Giani se encargaron del despliegue en el medio, con Bajamich y Estigarribia muy movedizos.

Y así, el equipo jugó muy cerca de Ignacio Pietrobono, una de las figuras del partido, sobre todo en el primer tiempo.

En la primera etapa, el “decano” mostró las falencias de todos los partidos: falló una y otra vez en la definición. Entre el palo y el arquero le negaron el gol a Tesuri, Giani definió por arriba, Estigarribia no la pudo empujar (y casi le cometen penal) en la última del primer tiempo; y así, el “decano” se fue al entretiempo masticando bronca.

El segundo tiempo fue un calco del primero, con dos salvedades: hubo goles y un expulsado. Mateo Bajamich, Marcelo Estigarribia y Tomás Castro Ponce -por duplicado- ahuyentaron la “mufa”.

Cuando Nicolás Romero bajó a “Topito” Aguirre, que se iba mano a mano con Devecchi (tras un grosero error del arquero), Sava modificó el esquema. Ingresaron Orihuela y Pereyra por Giani y Bajamich, por lo que el “decano” pasó a jugar con un 4-2-2-1. Estigarribia quedó aislado del resto de sus compañeros, sin embargo ahí fue cuando pudo anotar. Mayor mandó volantes y delanteros a la cancha, pero el desorden fue aún mucho más evidente que cuando estaban 11 vs. 11. Y ahí el “decano” pudo sacar ventaja y mostrar la contundencia que no había tenido, en 2024.

Sava acertó en el planteo y su equipo mostró claras diferencias contra el mejor del ascenso, pero lo más importante para el DT estuvo en lo emocional.

Ahora los jugadores tendrán tiempo para descansar y afrontar lo que se viene por la Copa de la Liga de la mejor manera. El 4-0 le dibujó una sonrisa a los hinchas y a los futbolistas. El “decano” lo ganó desde lo posicional, la contundencia y lo emocional. Cuando parecía que nadie confiaba en el “decano”, demostró lo que venía insinuando y cortó una racha de 12 partidos sin sonreír.

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