Venta de drogas de diseño en fiestas electrónicas: los momentos de la investigación en Tucumán

La muerte del salteño en enero, agentes infiltrados y las redes sociales fueron etapas significativas de la causa. Se definirá mañana la situación procesal de los dos jóvenes detenidos.

Operativo de la PFA en Tafí Viejo. CAPTURA DE VIDEO Operativo de la PFA en Tafí Viejo. CAPTURA DE VIDEO

Este martes se definirá la situación procesal de los jóvenes detenidos durante un operativo de la división Drogas Peligrosas de la Policía Federal (PFA) en una fiesta electrónica clandestina, realizado ayer en Tafí Viejo. Es que está prevista para las 8 la audiencia oficial para confirmar o no el arresto y las acusaciones contra los dos sospechosos, en el marco de una causa por venta de drogas de diseño en los conocidos "afters".

Los detenidos, de unos 30 años e identificados con las siglas C.F. y M.V., permanecen alojados desde el domingo en la sede de la fuerza de seguridad federal de calle Santa Fe al 600, en la capital tucumana.

Drogas Peligrosas, a partir de la orden de la Justicia provincial, desplegó ayer al amanecer un centenar de agentes para desbaratar una banda que dedicaba al tráfico de estupefacientes en fiestas “afters”, que se llevaban a cabo en sectores despoblados del Gran Tucumán. En esta oportunidad, los federales intervinieron en un evento que se desarrollaba en una finca de Tafí Viejo. También allanaron una vivienda de San Lorenzo y Bernabé Aráoz, en San Miguel de Tucumán.

En los procedimientos se secuestraron éxtasis, LSD-25, ketamina, marihuana, cocaína y tusi (cocaína rosa), como también dinero en efectivo y dos automóviles que pertenecían a los acusados.

El camino

La causa sumó un nuevo capítulo este fin de semana con los dos procedimientos. Sin embargo, la investigación había  iniciado el año pasado e incluyó en enero último la muerte del salteño Andrés Rodríguez Bonazzi, de 26 años, quien había participado en una fiesta electrónica en la capital provincial. En ese momento, la pesquisa tomó fuerza y la Justicia decidió intervenir líneas telefónicas para poder identificar quiénes organizaban las celebraciones clandestinas y, principalmente, cómo se diseñaba la distribución de las drogas.

Otro recurso fue infiltrar a agentes en el circuito de contactos e informaciones para poder establecer la conformación de la banda y definir los distintos roles. Así, los investigadores pudieron averiguar que se anunciaba una nueva reunión de jóvenes en el predio conocido como “Alpapuyo”, en la “Ciudad del Limón”, luego de otra fiesta habilitada en el predio de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT).

Fuentes oficiales relataron que el principal sospechoso C.F. -señalado como organizador- enviaba por las redes sociales la confirmación del lugar y la ubicación vía GPS. Aprovechaba las fiestas electrónicas habilitadas para  llevar adelante los “afters” desde las 5 o 6 hasta las 12. Contrataban carpas y baños químicos en algunos casos.

Según la hipótesis, los organizadores utilizaron los “after electrónicos” para vender las drogas de diseño. Pero, teniendo en cuenta la cantidad de estupefacientes secuestrada, no se descarta la participación de “dealers”  o distribuidores que aprovechaban los mismos encuentros para hacer su negocio de manera paralela. Es decir, aparecieron nuevos actores sin vínculos con los detenidos en el proceso.

A partir del último caso, los investigadores intentarán avanzar a la vez para determinar la procedencia de la mercancía, tanto dentro como fuera de Tucumán.

El representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF), José Sanjuan, está cargo de la causa y participará mañana en la audiencia.

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