Las potencias y una enorme “deuda moral” climática

Una Nobel de Economía dice que los países centrales deben 500.000 millones de dólares anuales a los países pobres.

REPROCHE.  Esther Duflo, Nobel. REPROCHE. Esther Duflo, Nobel.
24 Abril 2024

PARIS, Francia.- El grupo de las principales potencias occidentales, el G7, compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, donde vive el 10% de la población mundial, emite alrededor del 25% del CO2 vinculado al sistema energético mundial. Los que sufren las peores consecuencias son los países pobres. En base a estos datos, proporcionados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la premio Nobel de Economía francesa Esther Duflo, sostiene que los países ricos tienen una “deuda moral” anual de 500.000 millones de dólares con los países pobres.

La economista propone que las potencias asuman su responsabilidad en el cambio climático a través de dos tasas.

Duflo recibió el Nobel de Economía en 2019, junto con Abhijit Banerjee y Michael Kremer por sus estudios sobre enfoques experimentales para aliviar la pobreza global.

La investigación de Duflo se ha centrado en gran medida en el alivio de la pobreza, en particular a través de su trabajo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Eso la obligó a lidiar con las implicaciones económicas del cambio climático, que está teniendo efectos cada vez más graves sobre muchos de los pobres del mundo.

La semana pasada en Washington, durante las reuniones de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Duflo dio a conocer una nueva propuesta para utilizar impuestos específicos a las empresas y a los ultrarricos para financiar la asistencia relacionada con el clima para naciones e individuos de bajos ingresos.

“Es lo que yo llamo una deuda moral. No es lo que costaría adaptarse, no es lo que costaría atenuar el cambio climático. Es lo que debemos”, declaró la economista al “Financial Times”, basándose en los efectos del cambio climático en la mortalidad en países pobres.

Los pobres enfrentan un doble peligro frente al cambio climático, dice Duflo: “El primer problema es que tienden a vivir en lugares que ya hacen calor. Por lo tanto, a medida que el planeta se calienta, habrá cada vez más días por encima de los 35 °C, especialmente en esos países”.

El segundo problema, dice, es por supuesto el hecho de que son pobres: “La pobreza es un obstáculo para adaptarse al cambio climático. Las personas tienen más probabilidades de morir con un número determinado de días por encima de los 35 °C en países pobres, incluso si están acostumbrados a la calefacción”.

“Habrá unos daños enormes”, agrega Duflo, apoyándose en un estudio dirigido por el Global Impact Lab en 2020 que muestra que el número de decesos relacionados con el calor podría aumentar en los países empobrecidos este siglo.

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