11 Mayo 2024
SIEMPRE JOVEN. Quienes padecen midorexia no aceptan que se envejece.
Seguramente conocés a alguien que hace todo lo posible por mantenerse joven; que rechaza su edad y que se desespera ante la aparición de signos visibles del paso del tiempo. Esta conducta puede ser patológica, y afectar la salud psicológica y mental.
La fobia a envejecer se llama midorexia y, aunque no reconoce fronteras etarias, según diversos estudios aparece en forma más intensa a mediana edad, justamente entre adultos que toman conciencia que dejaron o están dejando de ser jóvenes. El punto de inflexión serían los 40 años.
Lo típico de la midorexia es esa mirada difícil ante el espejo, donde quien se proyecta sobre el cristal se siente “más viejo” que lo que realmente es desde el punto de vista cronológico. Esa percepción genera una reacción defensiva consistente en tratar de frenar como sea el envejecimiento.
En esta búsqueda por mantenerse “en la cresta de la ola” se disparan los consumos de todo tipo, desde cosméticos y tratamientos antienvejecimiento hasta la vida fitness: es un segmento muy apetecido por productores de bienes y servicios que venden juventud. Pero una cosa son los hábitos saludables y otra totalmente diferente es la obsesión que lleva al sufrimiento. Hay muchas actitudes posibles frente al reloj, pero nadie logró aún frenarlo por completo.
Los síntomas
La midorexia es un trastorno que se relaciona con la personalidad e influye en los comportamientos.
Por lo regular, quienes la padecen invierten buena parte de su tiempo en hacer ejercicio; llevan una alimentación saludable; invierten en tecnología y eligen como parejas a personas más jóvenes que ellos.
También suelen recurrir a todo tipo de cirugías estéticas o tratamientos dermatológicos para disimular o borrar las arrugas, y se visten con ropa juvenil. Cualquier recurso es bueno para el fin de aparentar menos edad.
Diferencia con Peter Pan
Hay tres factores que generan el terreno para la midorexia: el miedo a envejecer; la obsesión con la imagen y la inmadurez emocional. Pero esta fobia es más frecuente en quienes tienen una personalidad egocéntrica y narcisista, y están obsesionados por su imagen.
Son seres condicionados por su aspecto físico, y su autoestima y su relación con el mundo gira alrededor de eso hasta el punto de que les aterra el mínimo cambio corporal.
Aunque hay puntos de contacto, la midorexia difiere del denominado síndrome de Peter Pan, que describe a quienes “no quieren crecer” y está inspirado en la criatura que creó el escritor escocés James Matthew Barrie para una obra de teatro estrenada en Londres el 27 de diciembre de 1904. Su característica es una inmadurez emocional muy arraigada, que no necesariamente tiene que ver con el miedo al envejecimiento, como la midorexia, sino con el apego a la fase infantil.
El síndrome de Peter Pan fue descrito como tal en el libro publicado en 1983 por el psicólogo estadounidense Dan Kiley. En caso de duda, consultar al psicólogo.
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