El legado que dejó Menotti

El DT mostró que con programas a largo plazo y continuidad de lineamientos generales, se logra el bien común y el crecimiento.

Con su fallecimiento, César Luis Menotti volvió a ocupar un lugar protagónico en la opinión pública. De él se celebran sus contribuciones al deporte y la sociedad. Fue un entrenador cuya influencia resultó fundamental para el fútbol argentino. A partir de su trabajo, este deporte comenzó a dejar en el pasado su tradicional informalidad y desorganización, para abrir un período todavía vigente de orden y previsibilidad. Se ve esto como todo un logro en un país donde no es común que los programas a largo plazo se mantengan en sus lineamientos generales.

Con su enfoque visionario, su pasión inquebrantable y su compromiso con la excelencia, Menotti dio pie a dimensionar el significado del fútbol como expresión humana que va más allá del resultado de un partido.

Existe un dato que da cuenta con contundencia en lo deportivo porqué desde la llegada de Menotti a su conducción, hace 50 años, la Selección argentina se fue convirtiendo en potencia. En ese período de tiempo se disputaron 12 Mundiales (desde 1978 a 2022): el equipo llegó a la final en cinco oportunidades, accedió a cuartos de final en nueve (contando la segunda fase de grupos de España 1982 como equivalente) y se consagró campeón tres veces. Esto es, más títulos que cualquier otra selección, a lo que se puede sumar que en finales jugadas iguala a Alemania.

Decir que hay un antes y un después de Menotti en lo que a la Selección se refiere no es una frase caprichosa, sino una acto de justicia. Desde su llegada al cargo, los contratos de los cuerpos técnicos fueron estables; se impuso a los clubes que la cesión de jugadores sea prioridad; se estableció un código federal en la citación de futbolistas; se le dio atención a los juveniles en todos sus niveles.

No es que el derrotero del DT rosarino haya sido un lecho de rosas, porque debió enfrentar polémicas, situaciones conflictivas y algunas mezquindades. Pero lo esencial es que marcó un rumbo, y todos los entrenadores que lo siguieron en el cargo (Carlos Bilardo, Alfio Basile, Daniel Passarella, Marcelo Bielsa, José Pekerman, Diego Maradona, Sergio Batista, Alejandro Sabella, Gerardo Martino, Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli y Lionel Scaloni) gozaron en mayor o menor medida de esa programación que estableció el “Flaco”.

Otro hecho destacable es que su concepto de planificación fue una inspiración para otros deportes colectivos, que pudieron organizarse mejor y con ello aspirar a mayor proyección, previsibilidad en sus programas y buenos resultados. Los casos del rugby, el básquet y el hockey son tal vez los más representativos sobre esta jerarquización, aunque no son los únicos.

Siempre se sostiene que el fútbol es un espejo de lo que sucede a nivel social en los países. Menotti, con sus ideas, ofreció un ejemplo de cómo se debe pensar un plan a largo plazo sin caer en decisiones apresuradas. Transmitió que el orden, la determinación y la resistencia forman parte fundamental de un esquema de trabajo. Además, en los años 70 sus modos y formas simbolizaron el orgullo y la resiliencia nacional, inspirando a una nación ante la adversidad.

El impacto de la figura imponente del DT trasciende las meras victorias obtenidas en un campo de juego al inspirar a una generación de jugadores y entrenadores. Dejó así una huella en el alma del fútbol y su poder para trascender los límites encendiendo el espíritu humano.

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