Alperovich, ante la Justicia: un amuleto con inscripciones en hebreo y siete horas para contar su verdad

Aseguró que ve dos motivos por los cuales está “sufriendo” este proceso: uno económico y otro político.

LARGUÍSIMA EXPOSICIÓN. Alperovich habló de dos móviles para perjudicarlo; uno económico y otro político. LARGUÍSIMA EXPOSICIÓN. Alperovich habló de dos móviles para perjudicarlo; uno económico y otro político. FOTO DE MATÍAS BAGLIETTO - ESPECIAL PARA LA GACETA

Aferrado todo el tiempo a un amuleto con inscripciones en hebreo que le regaló un amigo, José Alperovich estuvo ayer siete horas contando su verdad sobre los hechos por los cuales se lo acusa (nueve casos de abusos y agresiones sexuales). Fue el último acto procesal que se llevó a cabo en el juicio que, en Capital Federal, se sigue contra el ex gobernador de Tucumán y que comenzó el 5 de febrero.

Alperovich no sólo reafirmó que es inocente (ya lo había dicho en la primera audiencia); además dijo que toda la denuncia es inventada y aseguró que ve dos motivos por los cuales está “sufriendo” este proceso: uno económico (“me dieron a entender que querían cinco millones de dólares para no seguir adelante con la causa”) y otro político “es una causa armada entre ella, (el ex concejal David) Mizrahi”, e involucró además al actual diputado Carlos Cisneros, a quien tildó de mafioso.

La declaración del único imputado en la causa comenzó a las 10.45, 40 minutos después de lo previsto. El ex senador llegó a la sala de audiencias ubicada en Capital Federal en compañía de sus cuatro hijos, Mariana, Gabriel, Sara y Daniel. En la puerta lo esperaban unas 10 integrantes de movimientos sociales con carteles en los que lo acusaban de violador. Luego se sentó en la silla que le habían colocado, en medio del recinto, frente al juez Juan María Ramos Padilla. De traje y corbata azul, mocasines negros y un sobretodo del mismo color -que no se sacó-, comenzó a contestar preguntas de su defensor, Augusto Garrido. Y dejó varias sentencias. “Yo soy un hombre muerto en vida. Hago esfuerzos para ir a trabajar, pero mi cabeza está en otra cosa. Siento mucha impotencia. Tengo que buscar pruebas de algo que no hice. Ya nunca voy a ser la misma persona”. aseguró.

Se encargó de negar, y probar su punto de vista, en cada uno de los casos sobre los que le inquirió la defensa para sostener que los ataques de los que está acusado no existieron. “Nunca estuve solo con ella. Jamás. Jamás le hice alguna insinuación de índole sexual. Tengo la angustia de querer demostrar que todo lo que ella dice es mentira”, afirmó. Y luego dejó una fuerte sentencia: “siempre sentí que en casos como estos hay que defender a la víctima y hay que matar al abusador”. Lo dijo con bronca y para mostrar cuál es su pensamiento. Y agregó: “tengo que soportar desde hace cinco años que en los medios digan que soy un violín. Me hicieron pedazos. Es muy doloroso. Hoy vine a decir mi verdad para que no queden dudas. Yo no abusé de ella”.

"Mujer empoderada"

Alperovich también intentó tirar abajo algunas de las afirmaciones de la denunciante: “ella dijo que los custodios no la dejaban salir. Que se sentía amenazada. Y ella después va y los invita a su cumpleaños. No se entiende. Si ella dijo que yo la abusé tantas veces ¿por qué siguió trabajando? No lo entiendo. Todo esto es parte de una gran mentira”. Y destacó: “ella era una mujer empoderada. Una mujer fuerte. Ella manejaba todo. Muchas veces me puteaban porque ella manejaba todo. Se transformó en una mujer de mi absoluta confianza. Era un gran cuadro político”.

FRENTE AL JUEZ RAMOS PADILLA. Alperovich esgrime un escrito. FRENTE AL JUEZ RAMOS PADILLA. Alperovich esgrime un escrito.

En otro tramo de la extensa declaración, el ex senador recordó: “ella llegaba a mi casa y tomaba mate con mi esposa, con mi madre, jugaba con mis nietos. Todo esto después de que ella dijo que fueron los abusos. No lo entiendo”. Cuando se le preguntó si era un maltratador no dudó: “soy judío y si hay algo que nosotros no somos es discriminadores. Hay un montón de testigos qué me trataron de violador. Una locura. No soy un depravado. No soy un loco que anda por la vida diciendo cualquiera cosa. Me gusta armar buenos equipos de trabajo, que la gente se lleve bien. Ella manejaba todo. Estaba empoderada. Ella los tenía cagando a todos. Era poderosa en su trabajo”. “Había rumores dentro y fuera del ámbito político de que yo tenia una relación con ella. Todo el mundo hablaba. Pero no era cierto. Me fabricaron amantes a lo loco”, dijo.

Y luego desgranó su hipótesis acerca de por qué lo habían denunciado. “Cuando armé la lista (de candidatos a las elecciones de 2019) con ella (la denunciante) y con (el ex concejal y ex colaborador David) Mizrahi cambió todo porque ellos no estaban. Ella quería ser legisladora y él intendente. A partir de eso cambió todo”, dijo. Y luego profundizó: “imagino que ella y David armaron todo esto. Cuando ella presenta las denuncias por abuso son de diciembre a marzo, cuando ella se pone de novia con David (Mizrahi). Ahí se arma una sociedad para cagarme políticamente: No tengo dudas de la trama política. A la semana de perder la elección hay una foto de Mizrahi y Carlos Cisneros que es mi enemigo de toda la vida por haberle sacado el manejo de la Caja Popular. Cisneros es un mafioso. Me hace de todo desde que yo era ministro de Economía. Me hizo robar las cajas de seguridad, hizo empapelar varias provincias con mi cara”.

“Quisieron quemar la casa de Gobierno Cisneros y la senadora Elías de Pérez. Todo esto le sirvió a Cisneros para matarme políticamente. Hicieron afiches en todo el país. ¿Quién pagó eso? Cisneros es mafioso. Y este es el móvil político”, remarcó.

Luego ofreció otra hipótesis. “Hubo además un móvil económico. El 5 de noviembre, antes de la denuncia, el padre de ella se junta con mi yerno y él le dice que quería plata para hacer cabañas en México. Lo denuncié por extorsión. Querían cinco millones de dólares para arreglar este juicio. Yo soy un idealista tonto. No podía poner plata por algo que no hice. Hasta antes del juicio querían arreglar. El padre le dijo a mi yerno que no creía que hubieran abusado de ella. Aquí hubo un móvil económico y político”, aseveró.

“No es casualidad que ella borró todos los mensajes de texto de los días en los que ella dice que hubo abusos. Y no es causal que en su teléfono no haya mensajes con Mizrahi” . agregó.

Cerró su declaración con otras afirmaciones: “si a mí alguien me dice que abusaron de mi hijo lo mato. No me quedo quieto. ¿Cómo voy a aceptar algo así? Con todo esto destruyeron mi apellido. El legado de mi padre. Pasar por eso no se lo deseo a nadie. Ni a mi peor enemigo. Yo soy un hombre muerto en vida. Hago esfuerzo para ir a trabajar pero mi cabeza está en otra cosa. Siento mucha impotencia. Tengo que buscar pruebas de algo que no hice. Ya nunca voy a ser la misma persona”.

Próximos pasos: la semana próxima será tiempo de alegatos

Luego de la declaración de Alperovich, el juez Juan María Ramos Padilla ordenó un cuarto intermedio hasta la próxima semana. El lunes 10 de junio el fiscal Sandro Abraldes expondrá su alegato, y luego será el turno de los representantes de la querella, Pablo Rovatti y Carolina Cymerman. Está estipulado que el miércoles 12 de junio alegue el defensor Augusto Garrido. Luego el juez informará qué día dará a conocer la sentencia, algo para lo que aún no hay fecha.

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