La anemia, una condición en la que el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos, afecta a millones de personas en todo el mundo. Entre las más de 50 tipos de anemias, la más común es la anemia ferropénica, causada por una deficiencia de hierro. Esta forma de anemia puede tener un impacto significativo en la salud y la calidad de vida de quienes la padecen.
La importancia del hierro en la sangre
El hierro es esencial para la producción de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno a los tejidos y órganos.
Sin suficiente hierro, los niveles de hemoglobina disminuyen, lo que resulta en una menor oxigenación y diversos síntomas debilitantes.
Síntomas de la anemia ferropénica
Según la Organización Mundial de la Salud, se define anemia cuando el nivel de hemoglobina en sangre es menor a 13 gramos por decilitro en hombres, menor a 12 gramos por decilitro en mujeres, y menor a 11 gramos por decilitro en mujeres embarazadas.
Síntomas de la anemia ferropénica
Fatiga y cansancio: debido a la menor cantidad de oxígeno en los tejidos.
Palidez: menor hemoglobina resulta en menos color en la piel y mucosas.
Frialdad: sensación constante de frío.
Pelo y uñas débiles: el cabello puede volverse más fino y las uñas más frágiles.
Taquicardia y aumento de la frecuencia respiratoria: el corazón late más rápido para compensar la falta de oxígeno.
Deseo de dormir y cansancio permanente: fatiga constante y dificultad para concentrarse.
Síntomas neurológicos: falta de concentración y agotamiento temprano.
Alimentos ricos en hierro
La nutrición adecuada es fundamental para prevenir y tratar la anemia ferropénica.
Legumbres: lentejas y arvejas.
Cereales integrales y pseudocereales: amaranto, quinua y avena.
Semillas: sésamo molido.
Alimentos de origen animal: carnes rojas, hígado y mariscos.
Una dieta 100% vegetal puede cubrir perfectamente las necesidades de hierro.
Investigación de las causas de la anemia
Identificar la causa subyacente de la anemia es crucial. "Menstruaciones abundantes, pérdidas gastrointestinales, gastritis crónica o erosiva, tumores colorrectales y hemorroides sangrantes son algunas causas posibles de pérdida de hierro," explica la doctora Viviani Rossi. "Nunca debemos conformarnos solo con el diagnóstico de anemia; siempre hay que investigar la causa."
El Dr. Viviani Rossi advierte que la anemia puede agravar cualquier otra patología y empeorar su pronóstico. Por ello, es esencial un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para abordar tanto la anemia como su causa subyacente.