El día que nos quedamos sin jugar el Mundial: un golpe que caló hondo en la selección Argentina

En 1969, el equipo nacional empató 2-2 con Perú y no clasificó a México '70.

HISTÓRICO. En La Bombonera, Perú logró su segunda clasificación al Mundial. HISTÓRICO. En La Bombonera, Perú logró su segunda clasificación al Mundial.

¿Argentina sin Mundial? La pregunta parece lejana. Sí; una pesadilla que parece imposible para los tiempos de Lionel Messi y compañía. Pero, mucho antes de conquistar las tres estrellas, pasó y fue una de las grandes heridas del fútbol argentino. Sí; la Selección quedó eliminada del certamen México 1970 en manos de la revelación de Sudamérica: Perú, un rival con el que protagonizó duelos que pasaron a la historia. El 6-0 en el Mundial 1978 todavía sigue siendo tema de debate; mientras que el gol agónico de Martín Palermo para clasificar a Sudáfrica parece haber sido ayer. Sin embargo, el 31 de agosto de 1969, los incaicos dieron una lección al seleccionado dirigido por Adolfo Pedernera. Pero…¿cuál fue la causa del desastre deportivo?

Con el inicio de la dictadura de Juan Carlos Onganía, Valentín Suárez fue designado como interventor. El dirigente marcó un cambio trascendental para el fútbol argentino: los torneos Nacionales. Claro; el nuevo formato permitió que el interior disputara partidos con los equipos de Capital Federal, que competían en el torneo Metropolitano. Pero, decidió dar un paso al costado a mediados de 1968, lo que dio inicio a una serie de inconsistencias y papelones en la Selección. Entre ellas, la renuncia de Renato Cesarini al cargo de entrenador de la “albiceleste”.

Frente a esta baja en la dirección de AFA, el gobierno de facto designó a Armando Ramos Ruiz como nuevo interventor. De este modo, José María Minella fue elegido como DT interino para afrontar una gira por América Latina. Los malos resultados hicieron que Ramos Ruiz contratara a Humberto Maschio, que tendría su primera experiencia como entrenador y tampoco convenció. A 25 días de las Eliminatorias, el interventor y el DT dieron un paso al costado. Aldo Porri fue elegido para dirigir los destinos de AFA; mientras que Pedernera tenía el reto de consolidar un equipo para lograr la clasificación.

La leyenda del “millonario” partió con la Selección a La Paz para realizar un período de aclimatación para estar en igualdad de condiciones frente a Bolivia y Perú, que eran los rivales de la zona. Sin embargo, el objetivo no fue conseguido y sufrió dos derrotas consecutivas que ponían en duda la continuidad del proyecto. Pero, tras unas charlas con la cúpula del gobierno dictatorial, ambos se mantuvieron en el cargo.

La victoria 1-0 frente a Bolivia dejaba con vida a la Selección, que anhelaba forzar un desempate para la clasificación al mundial de México 1970. Pero, la poca producción ofensiva era un punto de preocupación para los hinchas argentinos –solo había marcado dos goles en las tres primeras fechas-. Incluso, la victoria fue producto de un penal del tucumano José Rafael Albrecht.

Todo esto hizo que Pedernera realicé una serie de cambios en la delantera: dejó a Héctor Yazalde como centro delantero, que sería acompañado por Ángel Marcos, Miguel Brindisi y Aníbal Tarabini. En la línea de fondo, Gregorio Gallo ingresó en lugar de Rubén Suñé con el fin de marcar a Oswaldo Ramírez. Sin embargo, la gente estaba inconforme con el equipo, ya que se esperaba el ingreso de Alberto Rendo en la línea del medio campo para lograr una mayor profundidad en el ataque.

Argentina llegaba con la obligación de ganar en La Bombonera. Al sumar dos puntos –recompensa por cada victoria-, la “albiceleste” alcanzaría el primer puesto que compartían Perú y Bolivia, con cuatro puntos (aunque la “verde” tenía un partido más). El desempate se jugaría en cancha neutral y en fechas a designarse. Los incaicos, en tanto, clasificarían a su segundo mundial con sólo empatar.

Perú, lanzó una convocatoria compuesta por nueve jugadores Universitario, cinco de Sporting Cristal, cuatro de Alianza Lima, dos de Defensores de Arica, uno de Porvenir Miraflores y uno de Sports Boys. Todo el seleccionado tenía un promedio de edad de 24 a 25 años.

Debido a la gran concurrencia del público, la AFA dispuso que las puertas del estadio se abran a las 10. También debe mencionarse que para el partido se acreditaron 332 periodistas -251 locales y 81 extranjeros-, 30 emisoras y una televisora local que hizo la emisión en directo para Perú por vía satélite.

El nerviosismo de los jugadores argentinos se notó desde el inicio del encuentro. Tal es así que Perú generó la primera jugada de peligro a los 2’. Tras un pase de Pedro Pablo León, “Cachito” Ramírez superó a Gallo por el sector izquierdo y lanzó un centro rasante para “Perico”, que lanzó un remate débil. Seis minutos más tarde, Teófilo Cubillas recibió en la mitad de la cancha, escapó a la marca de varios jugadores y fue cortado con un foul de Roberto Perfumo. La entrada fue tan dura que “Mariscal” le rompió el pantalón al peruano.

A los 10’, la Selección tendría la primera intención. Gallo entregó la pelota a Carlos Pachamé. El ex volante de Estudiantes lanzó un centro para Yazalde que disparó sin precisión. Sin embargo, Perú puso en aprietos a la “albiceleste” con contragolpes veloces y efectivos.

El complemento comenzó con el ingreso de Rendo en lugar de Juan Carlos Rulli. Sin embargo, un error del tucumano Albrecht fue la causa del primer gol para Perú. Ramírez capturó la pelota, lanzó una veloz galopada y, con remate despacio, venció la valla de Agustín Mario Cejas.

El golpe obligó a Argentina a buscar el empate. A los 78’, Miguel Brindisi habilitó a Rendo, que recibió una falta de Orlando De la Torre dentro del área. Albrecht tomó la pelota y empató el partido desde los 12 pasos.

Cuatro minutos más tarde, llegó un nuevo golpe para la Selección. “Perico” lanzó un pase en profundidad para Ramírez, que aprovechó la velocidad y puso el 2-1. El empate argentino llegó en el tiempo de descuento. Una embestida de Alberto Rendo lo dejó mano a mano con el arquero Luis Rubiños.

A los 94’, Argentina estuvo cerca de lograr el milagro. Un centro de Silvio Marzolini fue cabeceado por Brindisi y terminó en la red. Sin embargo, el árbitro anuló el tanto por una infracción del ex Huracán. Así, con el pitazo final, los peruanos estallaron de alegría por el hito conseguido. Brasil y Uruguay también sellaron su pasaje a México.

Los días posteriores

Los hinchas argentinos no estaban contentos, los principales dirigentes se alejaban de sus puestos; se planteó la reorganización total del fútbol profesional para que el futuro se realice dentro de las normas económicas racionales; se quería volver a los sistemas de juego anteriores a 1958 que le permitía improvisar a los jugadores dentro de la cancha. “Siempre tengo mi renuncia a disposición del Poder Ejecutivo”, decía Porri, tres días después del fracaso, mientras informaba que Pedernera había dejado el cargo.

“El fútbol argentino eliminado del Mundial”, fue el título que encabezó la tapa del diario LA GACETA del 1 de septiembre de 1969. “No hubo milagro”, tituló La Nación; “Sí, es bien cierto: No vamos a México”, puntualizó Crónica; “Perú brindó una magnífica lección al fútbol argentino”, escribió Clarín.

La repercusión no se restringieron a las fronteras argentinas. “El alivio de Inglaterra por la eliminación de Argentina lo comparte el resto del mundo”, comentó el cronista deportivo del “Evening Standard”, Bernard Joy, ex jugador del Arsenal. “Universalmente se temía a los argentinos no solo por una alta calidad técnica sino también por su táctica de provocación deliberada a desamparar a sus adversarios”, agregó.

Bobby Moore también emitió su opinión sobre el fracaso de la Selección. “Considerábamos al equipo argentino como el mayor peligro en México después de nuestro partido difícil en 1966. Pero no debemos olvidar que Perú debe ser fuerte al haberlo eliminado”. “Estoy contento por no volver a verles en México”, comentó Geoff Hurst, quien había marcado un hat-trick en la final frente a Alemania cuatro años antes.

Así, la derrota frente a Perú dejó una profunda enseñanza para el fútbol argentino, que espera no volver a repetirlo.

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