NOVELA
EL TERCER REICH
ROBERTO BOLAÑO
(Alfaguara - Buenos Aires)
El tercer Reich produce un singular extrañamiento. Una novela que parece responder a las características que Borges, Piglia, ambos, han revelado -Piglia en su magistral ensayo Formas breves-: todo cuento son dos cuentos: uno visible, el otro invisible. Finalmente, el que se resuelve es el que se presenta como invisible. Bajo esta hipótesis, del todo comprobable, se han escrito relatos que cuentan con la dimensión de novelas y novelas, como la que comentamos, que presentan no duplicidad, ni desvíos o derivaciones, sino que dejan en la superficie un tema que aparece como sustancial: en este caso los “juegos de guerra” (Wargames), en tanto, soterra, la historia invisible, que tiene como protagonistas al narrador, Udo Berger, a su compañera Ingeborg, a una pareja con la que aquellos se entienden, Hanna y Charles y un elenco instalado en un balneario de la costa de España, y que se mueve dentro y fuera del hotel, en playa, bares. Se completa la trama con la dueña del hotel, Frau Else, y esos lugareños de dudosa calaña: “el quemado”, “el lobo”, “el cordero”. Capítulos enteros dedica Bolaño a describir, con evidente erudición, un juego de guerra: El Tercer Reich. Ocurre, entretanto, una tragedia, Charles, a pesar del intento de disuasión de Hanna, se interna en el mar con su tabla de windsurf. Hanna, Ingeborg y Udo aguardan su regreso hasta la noche. La vuelta no se produce. Ni ese día, ni al siguiente. Comienzan entonces el despliegue de policía y rescatistas, la desolación de Hanna, la preocupación de Ingeborg y Udo. Sin embargo, ya nada está en sus manos, y pasadas unas semanas Hanna regresa a Alemania, Ingeborg hace lo propio y Udo se niega a volver a Alemania hasta que aparezca Charles, sin dudas ahogado. Este no es sólo el motivo que retiene a Udo en el hotel. Está Frau Else, por quien siente una inocultable atracción que es correspondida por la dueña del hotel, cuyo esposo enfermo y supuestamente en su habitación de manera permanente, no se hará ver en ningún momento. Y no sólo se trata de Frau Else sino también de la relación de Udo con “el quemado”, a quien introduce temerariamente en el hotel a pesar de su aspecto desagradable y desaseado, realmente impropio para instalaciones de esa categoría, para llevarlo a su habitación y jugar con él la disciplina de la que es campeón. Juegos de guerra. Para sorpresa de Udo, el ermitaño y, en apariencia, analfabeto quemado, no rehúye la invitación y tampoco resulta lo torpe que se esperaría para comprender sobre tácticas, estrategias, y despliegues militares, navales y aéreos que llevan el nombre propio de sus “inventores” y requieren conocimientos específicos, sobre todo de geografía, de armamentística, de organización militar. Hacia el final del libro de Roberto Bolaño nos encontramos con sus propios apuntes: “La estrategia mediterránea” como título, “El Tercer Reich” como subtítulo. Y páginas prolijamente escritas a máquina o manuscritas. El resto es el desafío de la lectura de esta novela inclasificable, soberbia, fuera de todo canon, sabiamente escrita.
© LA GACETA
Gabriel Bellomo
Perfil
Roberto Bolaño (1953-2003), narrador y poeta chileno, es autor de libros de cuentos como Llamadas telefónicas y El gaucho insufrible. Entre sus novelas, La literatura nazi en América, Estrella distante, Los detectives salvajes, Nocturno de Chile, 2666, El Tercer Reich y Los sinsabores del verdadero policía. Está considerado una de las figuras más importantes de la literatura contemporánea en español. Fue galardonado, entre otros, con los premios Rómulo Gallegos, Salambó, Altazor, National Book Critics Circle Award y Ciudad de Barcelona.