Muchas personas, en especial adultas, le atribuyen sus dolores articulares a los cambios bruscos de temperatura. "Me duelen los huesos, seguro mañana cambia el clima", es la frase popular que muchos repiten. Sin embargo, el interrogante es: ¿qué relación existe entre las articulaciones y el frío?
Con las bajas temperaturas aumenta el dolor, las contracturas, y la falta de movilidad articular. ¿A qué se debe? A que nuestro cuerpo está más rígido y menos activo.
"La causa de este dolor es la existencia de una mayor rigidez articular. Esto provoca que los huesos, los tendones y los ligamentos se retraigan y pierdan flexibilidad, dando como resultado un fuerte dolor", explica Diego Castagnaro, director de la carrera de kinesiología de la Fundación Barceló, a Clarín.
El frio nos invita a quedarnos en casa. Puertas adentro nos movemos poco y nos "tiramos" en una cama o sillón. Sin pensar que tanto sedentarismo aumenta los factores de riesgo que generan dolores. A eso debemos sumarle que las bajas temperaturas generan entumecimiento articular, rigideces y limitación funcional. Más condimentos para nuestro malestar.
Artrosis y frío: por qué duelen las articulaciones en invierno
“Me duelen los huesos, viene el frío", relatan las personas mayores para anticipar la llegada de las bajas temperaturas. Un dicho popular que tiene una explicación médica.
Ese "pronóstico" se debe a los cambios de presión atmosférica que hacen que el líquido intraarticular se “expanda” y presione sobre los barorreceptores, generando molestias o dolor, comenta Castagnaro.
Asociado a esto, a medida que envejecemos es más frecuente tener artrosis, que tiene como patrón el desgaste del cartílago que reviste el extremo de los huesos en las articulaciones. Esta enfermedad genera focos inflamatorios que hacen más sensible la zona. Y traen dolor.
Como es una enfermedad de desgaste del cartílago articular, aumenta con el paso del tiempo. "Podemos encontrar presencia de artrosis en un 75% de la población de personas mayores de 70 años", precisa el kinesiólogo.
Cómo prevenir la artrosis
Mientras menos te muevas, más probabilidades hay de que sientas molestias en tus articulaciones. Por lo tanto, ponerse en modo hibernación durante el invierno es un error y una invitación al malestar. Es fundamental mantenerse activos.
Según Claudio Villagrán, se pueden prevenir las dolencias articulares con actividad física controlada y progresiva. Para ello, recomienda “activar el cuerpo lentamente”. ¿Cómo? Vamos por pasos:
- Caminar 10 minutos a intensidades leves a moderadas, con una sensación de que la actividad es “fácil y no cansa”.
- Realizar elongaciones de grupos musculares grandes. ¿Cuáles son estos? Los músculos isquiotibiales (los que están detrás del muslo), los cuádriceps (sobre las rodillas), de las piernas, de los brazos y también el movimiento de columna en todos los sentidos, pero sin provocar dolor.
- Mantenerse hidratados, a pesar de que en invierno no den ganas de tomar agua o líquidos frescos, es también parte de nuestras responsabilidades.