Cuando estás tomando antibióticos, el organismo está en proceso de recuperación, así que también es importante cuidar la alimentación. Por esa razón es recomendable no comer determinadas comidas y bebidas que podrían causar efectos secundarios.
Los antibióticos son un tipo de medicamento que contribuyen a combatir las infecciones bacterianas, que tienen la función de eliminar las bacterias y evitar su crecimiento y multiplicación en el organismo. Es de gran importancia cuidar la alimentación cuando se toma antibióticos para que el tratamiento funcione con mayor eficacia, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina.
Asimismo, los antibióticos se pueden tomar de diferentes maneras, ya sea por vía oral a través de pastillas, cápsulas o líquidos, y también de manera tópica mediante la aplicación de crema, aerosol o ungüento en la piel. Y en algunos casos, el tratamiento antibiótico consiste en aplicar gotas para los ojos o para los oídos, inyección o por intravenosa.
Sin embargo, algunos alimentos o bebidas en combinación con los antibióticos pueden provocar efectos secundarios perjudiciales para la salud, o disminuir la efectividad del medicamento al dificultar la absorción de los ingredientes activos, necesarios para combatir el padecimiento.
¿Qué no se puede comer cuando se está tomando antibióticos?
En el caso de los antibióticos, como doxiciclina y minociclina, usados para tratar la neumonía bacteriana, y la ciprofloxacina, pierden su efectividad al ser tomados junto con productos lácteos. En este caso, conviene evitar el calcio una hora o dos antes de tomar alguno de estos antibióticos.
Y por supuesto que las bebidas alcohólicas están contraindicadas para quienes consumen una gran cantidad de remedios, que van desde los antibióticos hasta los analgésicos, incluso los de venta libre.
Un artículo de la AARP, la asociación de jubilados de Estados Unidos, detalla algunas de las contraindicaciones entre remedios y alimentos. Una de las más conocidas, dice es la interacción entre los alimentos que contienen vitamina K (brócoli, col, espinacas y acelga) con el anticoagulante Warfarina.
Estos vegetales pueden reducir la eficacia del medicamento recetado e inhibir su capacidad para detener o evitar la coagulación de la sangre.
Los alimentos que tienen tiramina (carnes ahumadas, quesos curados, vino tinto, cerveza de barril, salsa de soja y bananas muy maduras) no se llevan bien con los inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO), una clase de antidepresivos que a veces se usan para tratar el Parkinson.
El jugo de pomelo, en tanto, puede inhibir una enzima necesaria para el metabolismo de las estatinas (atorvastatina, lovastatina y simvatatina). Entonces, “el medicamento permanece en la sangre y se acumula, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios, como el dolor muscular”.
El pomelo también está contraindicado cuando se consumen algunos ansiolíticos y corticoesteroides usados para tratar la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Los pacientes que toman la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) para reducir la presión arterial, deberían abstenerse de comer alimentos ricos en potasio (bananas, palta, tomate, damascos secos), porque al subir el nivel del mineral podrían producirse arritmias cardíacas.
Algunos antihistamínicos, como fexofenadina, pueden actuar con jugos ácidos (manzana, naranja y pomelo). “Estos jugos ácidos podrían afectar la absorción y neutralizar el efecto de los antihistamínicos, lo que puede evitar que funcionen realmente”, explica el artículo.
Los alimentos ricos en fibra pueden reducir la eficacia de la levotiroxina, usada para tratar la tiroides, y de la digoxina, para la insuficiencia cardíaca.