La historia de la tapir Sami se convirtió en un cuento

El libro inaugura una nueva colección de Edunt, dedicada a los chicos y en la que suma su aporte la Reserva Experimental de Horco Molle.

EL EQUIPO. López, Dávalos, Juliá (los tres de la Reserva), Porta (escritora), Ferullo (diseñador), Nicolau (dibujante) y Martínez Zuccardi (de Edunt). EL EQUIPO. López, Dávalos, Juliá (los tres de la Reserva), Porta (escritora), Ferullo (diseñador), Nicolau (dibujante) y Martínez Zuccardi (de Edunt). La Gaceta / foto de Analía Jaramillo

La tierna historia de Sami, llena de peripecias y con final feliz, tomó la forma de un libro ilustrado que inaugura la colección Yungas. Se trata de una nueva apuesta de la editorial universitaria, esta vez dedicada a las infancias, enriquecida además por una alianza con la Reserva Experimental de Horco Molle (perteneciente a la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT). El corolario de este esfuerzo multidisciplinario es un volumen a todo color, ideal para chicos -y también disfrutable por los grandes- que se luce a la altura de la buena literatura para niños, desde lo atractivo del contenido y desde la calidad de su presentación.

“Pensamos una colección en la que converjan la literatura, el arte y la educación ambiental. Está inspirada en la fauna nativa de nuestras selvas y por eso el primer título está dedicado al tapir. La idea es continuar con otros animalitos como la corzuela, el mayuato, la ranita marsupial, el tucán, la osita melera... La idea es que por un lado sea un cuento ilustrado, pero que el libro también tenga información científica sobre la especie”, explica Soledad Martínez Zuccardi, directora de Edunt. Efectivamente, en las últimas páginas hay datos sobre los tapires y un par de códigos QR que permiten verlos y escuchar los sonidos que producen.

El cuento está basado en la historia real de Sami, uno de los ejemplares de la Reserva. A la historia ya la había registrado la bióloga Natalia Dávalos, quien trabaja en el área de Educación Ambiental en Horco Molle, y terminó de darle forma la escritora Estela Porta. Alejandro Nicolau se encargó de los dibujos y Daniel Ferullo se ocupó de cada detalle del diseño. “Está hecho con mucho respeto por las infancias y con un sentido estético también”, enfatiza Martínez Zuccardi.

Juan Pablo Juliá, director de la Reserva, habló de la importancia del proyecto. “Creemos que en general hay un desconocimiento muy grande de nuestra fauna y sobre los problemas que enfrenta -advirtió-. Y también pensamos que los chicos son los más permeables a los cambios de hábitos necesarios para conservar nuestra flora y nuestra fauna, por eso el trabajo que hacemos con el área de Educación Ambiental. No podemos amar ni cuidar lo que no conocemos, por ejemplo la vida de los tapires”. ¿Qué mejor entonces, después de leer el libro, que visitar la Reserva y ver a Sami en vivo y en directo?

“Seguimos trabajando para que los tapires vuelvan a las yungas tucumanas -apuntó Juliá-. A partir de la experiencia tan dolorosa como fue la muerte de Suyana se sumaron nuevos actores, como la Fundación ProYungas, la Facultad de Psicología, el Ministerio de Educación e incluso algunas comunas. Necesitamos crear el contexto social y político necesario para reintroducir esta especie. Las cuestiones biológicas y técnicas están resueltas, lo que hace falta es que la sociedad tucumana se convenza de que es posible; que defienda a los tapires y los proteja”.

“Sami llegó después de caer en un canal de riego. La rescataron, pero estaba muy lastimada y en la Reserva se le hicieron los primeros auxilios. Fue la primera tapir que pensamos que podía ser liberada, así que contar su historia fue algo muy emocionante”, sostuvieron Dávalos y Ana Paula López, bióloga y también integrante del área de Educación Ambiental. “Además es una hermosa historia para que los niños puedan darle este sentido de la libertad, que no quede sólo en un relato científico. Se trata de animarse a a soñar con la posibilidad de ver animales en sus ambientes naturales”, agregaron.

Sensaciones

“Mientras dibujaba estaba con mi hija y le iba preguntando qué le parecían las imágenes -relata Nicolau-. Quería ver qué sensaciones le causaban. En los chicos es muy palpable el lenguaje del dibujo”. A esas acuarelas las recibió Ferullo y se fueron transformando en páginas con fondo blanco. Para los textos no usaron tipografía, sino la mano alzada del dibujante. Quedó una sensación de mucha mayor naturalidad y cercanía en el relato.

“Mis aportes han sido desde la literatura -destacó Porta-. Lo veo como un portal para interpretar el mundo, para crear representación social y para difundir valores. Esta historia reafirma nuestra identidad y propone redescubrir lo que el planeta nos está pidiendo a gritos. Rigoberta Menchú decía que la humanidad no es posible si no tenemos una nueva relación con la naturaleza. La palabra es poderosa y capaz de transformar la realidad. Y son los niños los que pueden realizar el cambio, porque la palabra es la transposición luminosa de la existencia”.

Martínez Zuccardi retomó la mirada integral sobre esta flamante colección y resaltó el apoyo de la UNT. Anticipó además el interés mostrado por el Ministerio de Educación para sumarse al proyecto y hacerlo llegar a las escuelas tucumanas. “Hay una profusa actividad editorial en Tucumán, pero no dedicada a la infancia, por eso este es una especie de sueño cumplido -indicó-. Ha sido un lujo y un placer trabajar con este equipo, porque detrás de cada detalle hay mucha conversación y asesoramiento. El resultado es que alguien que había comprado el libro me contó que lo leyó a su hija de tres años y a la mañana siguiente ella se levantó y pidió de nuevo el libro del tapir. Con eso estamos cumplidos”.

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