Virginia Ríos expone autorretratos en sus pinturas, y también un dibujo

“Todo lo que sangra, crece como raíz” se inaugura esta noche en el Centro Cultural Rougés.

OBRAS. Las pinturas circulan de fuertes trazos expresivos a prolijas líneas que posicionan a las raíces. OBRAS. Las pinturas circulan de fuertes trazos expresivos a prolijas líneas que posicionan a las raíces. LA GACETA / FOTOS DE JORGE FIGUEROA
05 Septiembre 2024

Una decena de pinturas y un dibujo presentará esta noche Virginia Ríos, a partir de las 20.30, en el Centro Cultural Rougés, en Laprida 36.

La muestra se titula “Todo lo que sangra, crece como raíz”. “Virginia se vincula con la materia de una forma íntima, se compromete como en una actitud orante en la que entrega una parte de sí a la obra al tiempo que también ella misma es transformada. La suavidad con que su trazo recorre una y otra vez el soporte revela, en ese vaivén, una caricia que consuela”, escribe en el catálogo Alejandro Esser.

Entre autorretratos y figuras que exponen heridas, las pinturas circulan de fuertes trazos expresivos a prolijas líneas que posicionan a las raíces. Son acrílicos sobre lienzos y bastidor de madera.

Un dibujo enmarcado, reconoce la artista, parece ser el principio de todo el trabajo, fechado en 2024. Y allí aparece la fuente de toda la exposición. “Trabajo con esa idea de sacar afuera todo lo que está dentro, dejar crecer lo que está allí”, cuenta en un breve diálogo con LA GACETA. “Hablan del crecimiento, de procesar situaciones y cosas de la juventud, y todas las obras giran sobre el mismo concepto”, agregó.

“Todo lo que sangra, crece como raíz” es la primera exposición individual de Ríos, y está montada en el primer piso del Rougés.

CONCEPTO. Virginia Ríos se vincula con la materia de una forma íntima. CONCEPTO. Virginia Ríos se vincula con la materia de una forma íntima.

Desde el silencio

“Me gusta hablar desde el silencio y el ruido. Lo prolijo y lo violento. Hay una violencia silenciosa en mis trabajos”, reflexiona.

“Crea algo nuevo desde estados de vulnerabilidad profundos y nos invita a meditar en la belleza y el dolor. Nos hace pensar en la angustia de la pérdida y en el alivio de la esperanza. Hay una mano dentro de la llaga que toca, abre, se hunde y se mancha”, dice Alejandro Esser en el catálogo.

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