10 Septiembre 2024
DESPRECIO. Ninguno de los candidatos respeta al otro: él dice que Harris es “una inútil”, y ella asegura que Trump es “un peligro para la democracia”.
FILADELFIA, Estados Unidos.- La vicepresidenta demócrata y el ex presidente republicano se encontrarán esta noche en Filadelfia para protagonizar una contienda pública dirigida a seducir al electorado que definirá los comicios del 5 de noviembre.
Tanto Kamala Harris como Donald Trump asumen que el debate presidencial en la cadena de televisión ABC será un punto de inflexión en la campaña electoral.
Se preparan para una puja mediática que deje al contendiente fuera de combate. Sólo quien gane se quedará cuatro años en el Salón Oval.
Harris y Trump nunca se encontraron. En 2020, el ex presidente republicano descartó una transición ordenada con Joe Biden -denunció fraude electoral y hasta ahora no admite su derrota-, y no concurrió a la Casa Blanca para entregar el poder.
Algunos ven a Harris como una inexperta que “no sabe hablar”, otros como una oradora brillante capaz de “destruir” a su rival republicano, que tiende a perderse en sus propias digresiones.
Partidarios de ambos candidatos se muestran muy optimistas sobre este duelo que podría alcanzar un récord de audiencia.
Las encuestas no permiten anticipar un resultado seguro. El último sondeo, publicado por el diario “The New York Times” muestra a Trump con 48% de los votos versus el 47% a favor de Harris. Ese guarismo tiene un error estadístico del 3% por ciento, un dato que afirma lo obvio: hay empate técnico entre los dos contendientes.
“Como un rey”
“Indudablemente Trump lleva ventaja”, declaró a la agencia AFP Flo Eberhart, una jubilada del condado de Cambria, en Pensilvania, en un acto del ex presidente. Harris “no sabe nada de lo que está pasando. No sabe hablar”. Según esta mujer de 73 años, Trump, no tendrá problemas porque “no hay un solo tema del que no sepa algo”.
“No la veo como una amenaza”, coincidió Kirk McKendree, un ex policía de 54 años de Altoona, Pensilvania, un estado del este del país que se considera crucial para las elecciones presidenciales. Él cree que Trump saldrá airoso “como un rey”.
El debate enfrentará, por un lado, a un “showman” propenso a las declaraciones intempestivas con mucha experiencia en entrevistas y cuyo último duelo televisivo contra el presidente Biden precipitó la retirada de este último como candidato.
Por otro, a una vicepresidenta menos famosa pero con capacidad para ataques mordaces, como demostró en su etapa de fiscal y de senadora.
“Lo va a destruir”
Trump es conocido por su bravuconería y agresividad. Jimmy Taggart, un jubilado de Pensilvania, le sugiere una táctica para tratar con Harris: “Lo único que tiene que hacer es callarse y ella se ahorcará, porque no tiene nada que hacer”, estimó Taggart.
Jamila Scales, una joven partidaria de Harris de Nashua, New Hampshire, que asistió a un acto de la demócrata en la cercana North Hampton, la cree capaz de enfrentarse a Trump. “Ella lo va a destruir”, contestó con una sonrisa esta joven que espera el debate “con ansia”. Y agregó: “Va a ser un día excelente”.
Kate Thompson, otra participante en el acto de New Hampshire, también es optimista. “Creo que Kamala Harris se presentará preparada, lista para articular sus valores y sus posiciones”, afirmó Thompson. “Y no creo que se deje avasallar por él”.
Ambos candidatos se tienen inquina personal, se han cruzado burlas y palabras de desprecio en varias ocasiones. Trump ha lanzado ataques a su forma de hablar y cuestiona que, según él, Harris “se volvió negra” de repente, para atraer el voto de la población afrodesdendiente.
Ella y su vicepresidente han atacado a Trump burlándose de sus modos y posturas “raros”. Además, dicen que el republicano es lisa y llanamente un peligro para la democracia.
Reglas de combate
Al igual que en junio, esta vez tampoco habrá público ni notas escritas de los candidatos. La cadena ABC aseguró que solo los moderadores podrán hacer preguntas, que no se enviarán por anticipado para que sea un intercambio equitativo.
El martes pasado se sorteó la ubicación y el orden de las declaraciones de clausura. Trump ganó el lanzamiento de la moneda y escogió hacer el discurso de clausura, mientras que Harris eligió estar en el podio del lado derecho de la pantalla.
En el debate no habrá discursos de apertura, y las intervenciones de cierre serán de dos minutos por candidato, el mismo tiempo que ambos tendrán para responder a cada pregunta, con una réplica de otros dos minutos, y una contrarréplica de un minuto para hacer un seguimiento o aclaración sobre el tema.
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