De vender rifas para solventar sus giras a meterse entre las 100 mejores tenistas del mundo

Julia Riera, primera preclasificada del W50 de Tucumán, debió remarla desde abajo para llegar a la elite del tenis.

De vender rifas para solventar sus giras a meterse entre las 100 mejores tenistas del mundo LA GACETA / Foto de Analía Jaramillo

El tenis femenino en Argentina atraviesa un gran momento: dos jugadoras están entre las 100 mejores del ranking mundial, y otras dos se ubican entre las 150. Una de ellas es Julia Riera, quien llegó a Tucumán esta semana como la primera preclasificada del W50 que se está disputando en Lawn Tennis, tras haber tenido que empezar desde muy abajo para alcanzar su posición actual.

Riera no visita la provincia por primera vez, ya participó en cinco torneos en Tucumán y también estuvo presente en la serie de la Billie Jean King Cup contra Brasil en 2022. La última vez que vino, a comienzos de 2023, estaba fuera del top 250° del ranking mundial. Ahora se ubica en el puesto 123°, y este año logró ingresar entre las 100 mejores.

“En el último tiempo trabajé mucho, y creo que por eso se dieron los resultados. Estoy contenta con el año que vengo teniendo; tuve resultados increíbles. Se cumplieron cosas que siempre soñé”, señaló Riera en diálogo con LA GACETA, sobre lo que sucedió desde la última vez que vino a Tucumán, que le permitió crecer de la manera en que lo hizo.

Los grandes resultados a los que se refiere la nacida en Pergamino son varios. En este 2024, la joven de 22 años no solo rompió por primera vez el Top 100 en su carrera (alcanzó el puesto 93°), sino que también ganó sus dos títulos más importantes (un W100 en Alemania y un W75 en Suiza), llegó a semifinales de un torneo WTA 250 y disputó sus primeros cuadros principales de Grand Slam, en Roland Garros y Wimbledon.

Claro, para llegar a este gran presente, no todo fue color de rosa para la pergaminense; tuvo que luchar desde abajo, como les sucede a muchos deportistas argentinos que compiten en condiciones desiguales en comparación con gran parte del mundo. De hecho, en 2021, cuando ya se perfilaba como una de las grandes promesas del tenis argentino, debió vender rifas para costear un viaje a Europa y poder competir.

Fueron momentos algo complicados. Siempre creía que con trabajo podía lograrlo; obviamente, cuando lo conseguís no lo podés creer, a veces lo veías un poco lejano. Estoy contenta con todo lo que logré. Sé que fueron tiempos difíciles, pero el sacrificio vale la pena", señaló Riera quien durante su adolescencia, cuando viajaba a otras zonas de Argentina para competir, llegó a dormir en un convento por falta de recursos para acceder a un mejor alojamiento.  

“Esos momentos me hicieron crecer mucho como persona, madurar un poco más rápido, y ser un poco más responsable desde muy chica, porque tenía que manejarme y resolver muchas cosas sola, arreglármelas con lo que tenía. A veces se pretende más de lo que uno tiene, o uno quiere tener un poco más, y para poder llegar a eso hay que bancarse muchas cosas”, analizó Riera.

Al viajar a Europa, con la colaboración económica obtenida a través de rifas organizadas por muchos de sus vecinos, amigos y familiares, ¿sintió presión? “No lo viví con presión, sino con responsabilidad. Sentí que debía ser responsable, pero me ayudó el hecho de dejar todo en cada partido y valorar profundamente el apoyo de mi familia; sabía que, si no me iba bien, se me complicaría seguir jugando. Es difícil, pero siempre di lo mejor de mí, y eso fue clave. Aun así, obviamente, son etapas difíciles que hay que superar', afirmó Riera.

De vender rifas para solventar sus giras a meterse entre las 100 mejores tenistas del mundo LA GACETA / Foto de Analía Jaramillo

Esos tiempos parecen haber quedado atrás. Al menos por ahora, gracias al gran presente que atraviesa la pergaminense. Pero, pese a haberse instalado ya entre las mejores 150 del mundo, Riera trata de mantenerse enfocada y no olvidar todo lo que debió superar.

“Siempre intento mantenerme con los pies sobre la tierra, mi equipo y mi familia siempre me lo remarcan. También sé que tengo que seguir trabajando; que te vaya bien no significa que vayas a tener que dejar de trabajar”, remarcó.

Mantenerse al más alto nivel es un desafío importante; bien lo sabe Riera, quien sufrió las “resacas” de sus éxitos inmediatamente después de alcanzarlos. “Me pasó en los dos torneos que gané; al otro día tuve que jugar, no tuve descanso y viajé toda la noche. No tuve tiempo de festejar, de procesarlo ni nada”, recuerda Juli, quien también revela que esos grandes resultados, que implicaron un desgaste emocional además de físico, le pasaron factura en las últimas semanas.

“Jugué torneos muy grandes casi todo el año, y creo que ese mes y medio donde obtuve muy buenos resultados fue un poco una locura, después de lo cual tal vez sentí todo el estrés acumulado. Fueron muchas cosas juntas, y las últimas semanas me costaron un poco por el cansancio”, reconoce. De todas maneras, asegura que “obviamente, las disfruté, y son cosas por las que trabajamos”. Además, aclaró sentirse muy bien para encarar el tramo final del año.

Pese a su gran presente, Riera confiesa que no tiene sponsors de indumentaria. “Me manejo con lo que voy ganando yo en los torneos. Me han aparecido algunas propuestas en el último tiempo, pero es un poco difícil también porque te dicen que te van a sponsorear, pero después el tema es la devolución. Creemos que con lo que voy ganando puedo mantener bien al equipo”, apuntaló.

Lejos de conformarse, Riera, fanática de River y con habilidad para el fútbol —“nunca practiqué, pero me gusta mucho jugar, me llevo bastante bien con la pelota”—, apunta a grandes objetivos para lo que resta del 2024. Entre ellos, ser parte del equipo argentino de la BJK Cup que, capitaneado por Mercedes Paz, visitará Brasil en noviembre en busca del pase a la siguiente instancia.

“Amo jugar para Argentina, es algo que me encanta, me motiva mucho, y me ayuda en mi carrera. El equipo está muy bien, me llevo muy bien con todas las chicas, y es un placer estar en esta posición, de que me ha tocado jugar ya varias series seguidas”, dijo Riera, quien muy probablemente forme parte de la convocatoria.

Pero claro, además de la BJK Cup, Riera también piensa en su progreso en el circuito. “Últimamente hablamos con mi equipo de empezar a tener objetivos por giras y no tanto a largo plazo; a veces me planteo algo en la cabeza, y tal vez me pongo presión sola. La idea es terminar el año en el Top 100, y si se puede más, mejor todavía. Y el año que viene, jugar los cuadros principales de los cuatro Grand Slam”, lanzó la “Tora”, sin achicarse ante la posibilidad de seguir escalando.

“Espero dar lo mejor, y poder ganar el torneo”, dice, a su vez, sobre su semana en Tucumán. Pero, pase lo que pase, asegura que está disfrutando su nuevo paso por la provincia. “Me gusta mucho jugar acá, la paso muy bien. Tiene un montón de canchas, el gimnasio está muy bien, y lo más importante, el público. Las veces que vine, siempre vino mucha gente, algo que es muy importante para nosotras, y la verdad que son todos muy amables”, destacó Riera, quien tiene una cuenta pendiente con la gastronomía tucumana. “Probé las empanaditas tucumanas, sí o sí tenía que probarlas, pero el sanguche de milanesa todavía no. Antes de irme, tengo que probar”, aseguró, entre risas, la pergaminense, que viene en franco ascenso en el circuito y va por más.  

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